Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2022

Instantes de noviembre

Imagen
Hojas que caen, flores que crecen, pájaros que vuelan. Se fue noviembre otra vez. De amarillos, ocres, verdes y muchos grises anduvo el entorno. Un mes de medalla de bronce, de muchos paisajes, largos paseos, cálidos abrazos y dulces besos. Con unos días a la sombra de los arbustos, otros escapando de la lluvia, y algunos más bajo el azul oscuro del cielo. Muchos instantes únicos e irrepetibles que quiero atesorar para siempre. No pasaron grandes cosas, pero así es la vida, a veces, solo pasa. A veces está bien así. Creo que así es como más me gusta, cada momento con su grandeza. Celebraciones bonitas y un año que se suma a los muchos ya recorridos, pero más allá de unas canas grises, plateadas, brillantes y algunas arrugas nuevas, los sentimientos de juventud me arropan y me siento en un buen momento. Espero diciembre con entusiasmo, para soñar entre las nubes, imaginar en medio del verde, para no detener el movimiento, para que siga como la vida… mientras palpite el corazón. ****

Revelaciones de martes

Imagen
Conversaciones que agobian… repletas de diminutivos, eufemismos, frases hechas, lugares comunes… qué aburrido. A veces encuentro en el espejo una mujer valiente, fuerte, independiente y capaz de todo, otras, una más sensible y vulnerable y, de vez en cuando, una muy divertida que no se toma demasiado en serio y vive tranquila. Estudié en un colegio católico, con monjas, no sé bien por qué... Sin embargo, nunca, ni cuando más peque, logré conexión con un ser superior. Lo cuestioné todo y las respuestas nunca me llegaron, me dejaban con más inquietudes, sigo inquieta. Mi vida espiritual se reduce a agradecer la existencia desde lo alto del páramo, a respirar conscientemente y a concentrarme, cuando puedo, en la respiración acompasada de mi hijo. Omitir el bullicio e ignorar el afán, contemplar el comienzo del día y así arrancar a diario. A veces miro hacia atrás y veo mis huellas, llegó a mi infancia. Queda lejos mi niñez, pero recuerdo mucho. La ropa que usaba, lo bien que me s

Celebración peligrosa

Imagen
Tarde de viernes, grandes nubarrones, el sol se empieza a poner raro, comienzan a prenderse las luces de los autos, empieza la tormenta, y, de a poco, empieza a entrar la noche.  Lento, muy lento llegué a destino. No importó la lluvia ni el tráfico infernal, nos encontramos, como tantas otras veces, a celebrar y celebramos. Brindis, risas, lo de siempre y tanto más. Compartir un rato que se extendió, ver arte en las paredes sin igual, comer sin parar.  Entregados a esa sensación imparable de querer probarlo todo…. Probamos todo. Aun en la madrugada estábamos a la mesa comiéndonos la torta, que por lo demás, estaba deliciosa. La de anoche fue otra bonita celebración cumpleañera, una repleta de conversaciones nutridas sobre recientes novedades laborales, el panorama público, la familia y las mascotas, la vida sin más. Y bueno, después de la francachela, descansé poco tiempo. Estando todavía en la nebulosa de un sueño corto y profundo, nos vinimos al campo, a este pedacito de tierra q

Divagando ando

Imagen
Se asoma el sol y tras un pequeño giro el frio interior se suaviza. El día está bonito, apacible cuando me alejo de las calles más transitadas. Me dejo llevar por un remolino de pensamientos. Pienso, me cuestiono. En una ruta filosófica intento entender lo que siento por esta ciudad y por el mundo, pero no concluyo nada. La humanidad va muy rápido por acá. Cambio el trayecto. Decido impulsivamente el destino. Me siento libre y me tomo más tiempo del habitual antes de regresar. Tal vez sí concluí. Avanzo y procuro mente en blanco, no puedo, nunca puedo. Están en mi memoria muchos personajes de mi existencia mezclados con algunos ficticios, sucesos del ayer, de lo que haré hoy, recuerdos y pronósticos, a dos días, a cinco, a 15 años. El futuro también cabalga en mi mente, despierta interés e inspiración, amplia mi visión.

Otro día de noviembre

Imagen
Muy temprano . Siempre que puedo salgo a pasear para ser feliz un rato. Jueves, hace viento, está frío dentro y fuera. No llueve, hoy el cielo está despejado. Escucho pájaros, veo a la gente caminar delante de mí, la adelantó, echo un vistazo a las nubes y sonrío. Tengo que ir a la oficina, pero al menos puedo dar mi vuelta matutina.  Tarareo una canción que recuerdo, no muy alto, no vaya a ser, no queremos testigos de la desafinación. Regreso a casa, pienso en todo lo demás, todo será. Pues eso... Me marcho. Media mañana . Compañía oficinística. Actualizaciones, hablar de esto y aquello, disfrutar el momento, divertirse del panorama funesto. Un plan que sigue siendo tan terrenal y humilde… toda una ventaja del mundo 1.0.  Me instalo en la sala de juntas, más espacio, menos ruido, soledad. Respondo correos, chats, actualizo documentos, me voy de lunch. Pausa de almuerzo . Mala elección. Menú hipercalórico en soledad, ni siquiera rico. Café en el museo para compensar. Aunque no compensó

Caminando despacio

Imagen
Hoy me excedí en tiempo, no es pasos, parece que avancé lentamente. Después de dejar al joven bajé el ritmo, me convertí en una mujer caminando despacio, bajo un cielo incierto. En mi mente sueños a ritmo de jazz, ojalás ambientados con bosa nova, colores de este trepidante mundo y sonrisas, casi carcajadas. En el suelo hojas secas, semillas y baldosas desajustadas, también un poco de basura.  Fue una mañana de evitar andar precipitada. Anduve un poco inconsciente del tiempo y me sentí valiente al probar las barras en todos los parques que encontré en el camino, incontenible y boba también... no tengo fuerza en los brazos, pero tendré, algún día, tal vez. Eso fue. Respirar, agarrar fuerte la barra, esperar 15 segundos, caer, seguir con mi vida.  La sensación de que el mundo se va por la borda se aleja en medio de las flores, incluso entre el verde, la prefiero al instinto de destrucción y desprecio que percibo cuando enciendo el compu o veo noticias.Por eso hoy me incliné por recorrer

Simplemente sucede

Imagen
Ha sido un día raro, comenzó gris casi blanco, lluvioso un poco, ahora brilla el sol. La mañana ha ido bien, logré hacer el recorrido habitual andando, imprimí velocidad para no mojarme tanto, pero lo hice más corto por lo mismo. El trabajo avanza, lento un poco, pero igual hacia adelante que ya es algo. El mundial está en furor y aunque nada me gusta el futbol me entretiene saber resultados y armar pódium, ya tenemos conformada final y semifinal en casa.  El arreglo del apartamento sigue a medias, dependemos de otros y eso enlentece todo, total, ya estoy habitando  otro espacio. Anoche vimos otro capítulo de Breaking Bad, hasta ahora vamos en la tercera temporada... empecé hace como 10 años y retomé hace muy poco, con el chiqui... me impacta cada capítulo, y ya de paso... como he  comprado varios libros, me quede hasta tarde leyendo. Creo que pelis, libros, series, todo, termina siempre refiriéndose a lo mismo, como cambia la vida en un instante... 

Lunes presencial

Imagen
En un constante diálogo interno procuro llenar un poco ese vacío cósmico que surge ante el dramatismo de la ciudad que recorro a diario.  La misma que encuentro cada vez más sucia, rota y llena de gente, aquella en la que cada mañana miles de pasajeros buscan un espacio en el transporte público. No solo veo lleno el Transmilenio, también los buses, los taxis, los bicitaxis, en todos lados está la gente amontonada camino del trabajo, se empujan entre todos en una gran ola humana, de la que es muy fácil hacer parte, pero increíblemente difícil escapar. Curiosamente, cada uno, como puede, habita su propio mundo… hacia arriba y hacia abajo, demasiado inmersos y activos en sus teléfonos, en las redes sociales, supongo. Casi diez millones de almas por acá, viviendo como podemos. Ayer era infinitamente feliz entre el verde y hoy desgraciadísima* en medio de los autos. La vida se acelera, se hace todo más rápido. Se va el día en un parpadeo. Mi incomodidad por el caos de la ciudad es profunda

Quién diría, quién diría

Imagen
En completa sincronía con la naturaleza di un vigoroso paseo en una mañana de sábado bañada por el sol. Sin importar la falta de sueño de la noche del viernes, después de solo cuatro horas de descanso y un desayuno multivitamínico, partí al cerro. Necesitaba aire fresco y un poco de ejercicio para contrarrestar los excesos de la semana. No llegué a las antenas, me faltaron casi 5 Km. Tomé otra ruta, una de suaves hondonadas donde encontré un par de bosques en los que me sentí una intrépida exploradora. Con un sándwich club nivel 5 estrellas y una tarde de relajo viendo series y durmiendo de tanto en tanto, se nos escapó él día.  Despertar de domingo. Pájaros que cantan sin cesar. Trinos, silbidos, chirridos… Me concentro para identificarlos, los busco, no tengo éxito así que me entro a desayunar. Ayer llovió, otra vez. Hemos tenido unas cuantas horas de cielo azul, sin muchas nubes, pero este año eso ha sido la excepción. Casi siempre amanecemos con cielos grises, rastros de lluvia, el

Esto es para siempre

Imagen
Todo comenzó allá por 1994 en las cómodas* sillas de un auditorio llamado Felix Restrepo en plena séptima. Desde ahí, cada semana tenía uno o varios días reservados para las reuniones de estudio donde sueños, dudas, aventuras y celebraciones, ganaban protagonismo frente a lecturas, quices y ejercicios. El registro de las cosas que pasaron desde ese entonces hasta 1999 se resume en alegrías, sensaciones momentáneas de éxito o de fracaso, cansancio, conversaciones frívolas e intelectuales, días eternos pensando, estudiando, cuestionándonos, días intensos y rápidos de energía incontenible, otros en medio de la quietud y la pereza. Tomamos el sol en la playita, estudiamos en la cafetería, poco visitamos la biblioteca y así diez semestres pasaron entre risas, clases, parciales y muchas fiestas.... Después de aquello, por fin, en desorden, de a poco, nos graduamos. Comenzamos siglo y con él cada uno tomó su rumbo. La vida empezó a parecernos un asunto más serio y el día a día de la existen

Vocabulario de la semana

Imagen
De la C a la T con varias ausencias Café. La mañana. La vida por delante. El canto de los pájaros. La brisa fresca. Todo lo que quiero para empezar un día nuevo. Extrañeza . La naturalidad con la que afirman, imponen y promueven prácticas poco saludables en pro de la popularidad. Ahora que lo pienso no sé si eso me causa extrañeza de verdad o es el resultado de mi ingenuidad. Hijo (El mío). La teatralización de sus experiencias cuando las quiere contar; aquellas exageraciones sobre lo que le ocurre y la aparente indiferencia sobre casi todo lo demás; su perspectiva y esa típica soberbia adolescente, todo hace parte, todo suma. Se está convirtiendo en un hermoso ser humano. Movimiento. Bajo del cerro maltrecha, magullada, herida, pero feliz. A veces parto confusa a los ascensos, cambio la ruta, regreso más sabia, ja, es lo que imagino. Creo que se me va la vida en pasos, besos, fotos y abrazos. Planes. Hace tiempo dejé de trazar planes con mucha antelación. Aprendí hace mucho que la m

Sin saberlo

Imagen
Acostumbrarse a una mascota y quererla como si fuera un integrante más de la familia no es difícil.   Menos cuando se comparten casi todos los fines de semana, en los que jugar, correr y saltar se convierte en cotidianidad. Tommy, un perro criollo, llegó a la finca con pocos meses de nacido; lo acompañaba Luna, una perrita sin ley ni raza que anheló su libertad desde el momento cero, y la consiguió después de varias diabluras.   La primera temporada de Tommy con nosotros consistió en luchar para que no escapara de la finca, no enloqueciera con Luna y evitara, dentro de lo posible, sacar papas y perseguir gallinas en terrenos vecinos. Con esfuerzo y dedicación, la misión se logró. Aunque claro, el éxito vino después de que Luna escapó. Cada fin de semana en el campo era una fiesta de bienvenida porque Tommy nos recibía con saltos y algarabía. Así envejeció, jugando y corriendo, bueno, también escapando al pueblo a buscar comida, era un sibarita y le gustaba cambiar de menú. El ritual

Festivo

Imagen
El tiempo que transcurre despacio. El sonido de los pájaros. Sentarnos a la mesa con un rico y colorido desayuno. Quedarme entre las cobijas leyendo. Caminar solo un poco por el jardín. Disfrutar del silencio. La tibieza del ambiente al mediodía.  Celebrar la quietud. Nos quedamos en la terraza y nos dejamos abrazar del viento. Recogí pétalos y empecé la labor de prensado, veré en un par de semanas qué resulta del proceso creativo. Brindamos con lambrusco heladito bajo un intenso sol sabanero. Estuvimos felices sin esperar nada, eternizar instantes, tal vez. Y sí. Sin perder la perspectiva de lo que es auténtico y lo que no lo es, pensando solo en el ahora, pero irremediablemente terminando año, porque llegados a este punto, en breve estaremos de villancicos, comiendo buñuelos y natilla.

Realidad escondida

Imagen
Enigmas que subyacen a las conversaciones con mi otro yo que no es como yo. Hemos tenido muchos días de lluvia y niebla, pero el gris del entorno cambió con una nutrida y rebosante charla de mediodía que me dejó extenuada, o como diría el traductor, la conversación del almuerzo me cansó. - Yo: Para mi hay ciertas realidades, realidades fastidiosas, molestas, que agobian y quiero pasar por alto, pero para ti son entretenidas y quieres tener siempre una opinión sobre ellas. ¿Por qué? ¿Qué tiene de atractivo opinar, curiosear, saber de todo? ¡No se puede saberlo todo! - Mi otro yo: Claro que no. Obvio no. No quiero saberlo todo, no te sobreactúes que no es para tanto. - Yo: ¡Claro que sí! Me cansa tener que reaccionar siempre ante comentarios insulsos, incluso también a los más sabios y estructurados. ¿No te das cuenta de que de repente no significan nada para mí? - Mi otro yo: No, no me doy cuenta, creo que te gusta socializar, he visto que no puedes callarte. Lo intentas, pero quieres a

Andares

Imagen
Sensacional. Así anduvo el ascenso de ayer. Madrugué, excepcionalmente tuve que prepararme el desayuno porque estaba sola, dudé en salir, hacía frío y resultaba tentador quedarse un rato más en la cama. Sin embargo, de un salto me alisté, tomé las llaves y salí. Otro acierto de noviembre. En la ruta, el entorno boscoso y recóndito es escenario de conductas indecorosas. Un par de perros se encuentran, se ladran, se persiguen, se huelen y se quedan en lo suyo… vaya escándalo! Me detengo en una piedra, algo como un mirador, a contemplar el paisaje porque sí, porque me gusta admirar este campo inmenso, este cielo despejado; seguí luego mi camino. Empecé a cansarme de nuevo. Cambié de estilo a mitad del ascenso, puse turbo y de nuevo llegué. Llego. Se ve brillante desde la cumbre, sin embargo esta vez no es el color lo que me cautiva, sino la atmósfera que allí se respira, esa que hace que me sienta sola en medio de la inmensidad, sola y en la cima, sola y en el centro, abstraída por

Deseo cumplido

Imagen
Sali temprano como acostumbro entre semana. Tomé el ascensor para salir de la rutina, creo que me demoré más de lo habitual.   Prefiero mi ritmo en las escaleras, sin esperas, sin encuentros, directo a la salida. Pensando en los segundos demás que me tomó salir, me consumí en pensamientos de tiempo y espacio. En automático me despedí del portero, y mirando al suelo avance por el camino, pero sin conciencia del destino. Un recuerdo triste y cálido de infancia se atravesó en mi mente cuando un pájaro cantó fuerte muy cerca de mí.   No lo vi, pero sentí el sonido intenso a escasos metros. Sin darme cuenta me refugié en el pasado. Mi mente emprendió un viaje a mis primeros años, aquella década dulce y divertida en la que concentrarme en el vuelo de las aves y el baile de las nubes era el plan favorito, sola me gustaba, acompañada era lo máximo, con mi papá no tenía comparación. También tuve destellos del placer maravilloso que me proporcionaban los desayunos coloridos y con taza de choco

Magia cotidiana

Imagen
Destellos de alegría o sensación de bienestar cuando: Recibo un gesto afectuoso y espontáneo del joven Levanto la mirada y me sorprendo con unas esponjosas nubes de paseo Exploro opciones y encuentro una excepcional propuesta viajera Me rio de cosas y situaciones simples de la vida Oigo risas a varias voces Comparto un buen café con buena compañía Salgo de la cama directo a la mesa y encuentro un desayuno colorido Me lleno de sol y de verde bajo un cielo precioso de domingo Disfruto las imágenes, sonidos y olores del campo fresco, después de la lluvia Estoy a la sombra cuando surge un veranito en la mañana Me atrapa un libro y lo habito Descubro nuevas canciones que se quedan dando vueltas Me entretengo con series o películas que siento hechas para el momento justo Tomo vino en el sofá y converso con Pancho de lo divino y lo humano Encuentro nuevas rutas en el camino Florecen mis plantas Encuentro la palabra justa

Azul profundo

Imagen
Siendo un adolescente, Rafael cambió el color de su habitación. Decidió que las paredes claras no iban con su estilo, que por ese entonces era existencialista y lo sentía monótono. Cambiar de escenario surgió como una gran idea, interesante y sorprendente, pensó. De una amplia gama de colores se inclinó por el azul, pintaría sus paredes de azul profundo, así sentiría un poco de cielo, algo de mar, un horizonte menos deprimente. La idea de que la vida pudiera no tener sentido, lo asaltaba a veces. Consideró que la posibilidad de quedar atrapado entre las paredes de su dormitorio estaba siempre al acecho y quería sobrevivir al menos rodeado de tonos diferentes.  Comenzó a pintar la pared frente a su cama… mientras avanzaba con la pintura era imposible no pensar en las conversaciones con algunos de sus amigos en incontables días aburridos en los que querían vidas magnificas, pero que veían reducidas a simples rutinas invariables. Rafael era en extremo exigente y quería sobre todas las cos