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Mostrando entradas de abril, 2021

Duermo

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Me gusta recordar los sueños, los cuento en el desayuno casi siempre, me miran con cara de loca, pero se divierten con las aventuras. Procuraré dejar algunos por acá, quizá encuentre algún patrón, tal vez pueda descifrar algo, tal vez nada. Son absurdos y fantásticos muchas veces, catastróficos o emocionantes otras tantas, inenarrables o demasiado imprecisos, también, no siempre protagonizo, no siempre estoy por allí, parece que a veces soy solo espectadora. Odio no poder dormir y ahora que lo pienso, además de sentir que voy a despertar cansada, cosa que realmente no sucede, y de tergiversar la realidad, sobreactuar y dramatizar conscientemente cuando estoy insomne, creo que lo que no quiero es perderme el mundo fascinante que habita en mis noches de profundo sueño.  Anoche dormí largo y al parecer feliz, me sentí cómoda con un suave cojín de plumas azul, muy confortable para apoyar el lado izquierdo de mi cuerpo mientras me peinaban en una peluquería en la que clientes y peluqueros n

Caminar con un muerto

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De la mano con la tía que falleció en 1991, cuando yo era adolescente y me enfrentaba por primera vez a los decesos.... No recuerdo mucho de aquel entonces, algunos convencionalismos tal vez.  La recuerdo a ella, sí, su voz, sus canas y su caminar lento, era tía de mi padre.  Bueno, pues anoche no solo la vi, también la lleve de paseo, o algo así, teníamos un destino y de la mano anduvimos, mis pies en la tierra, los de ella en el aire.  Parece que nos pasamos del lugar, que llegamos tarde, que debíamos estar en una habitación con una etiqueta en la solapa, el número 1703 era el que la identificaba, pero no lo tenía, yo no se la había puesto.  Al parecer hice mal la tarea, pero recuerdo haberla pasado muy bien deambulando por ahí con un cuerpo de la mano que era como un globo sonriente.  Encontré familiares en el trayecto, varios a quienes no veo con frecuencia, vivos todos.  El sueño se esfumó, pero no he salido de mi asombro.  Total, cada uno con su versión de la realidad. 

Inacción o rebelión

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La semana que pasó terminó con un par de sinsabores.  Algunos por este país absurdo en el que no paran de cometerse atrocidades y en el que además impera la inoperancia y la falta de sentido común... bueno y qué decir ya de la falta de empatía y la soberbia de muchos funcionarios públicos. Pero es lo que hay, lo que da la tierra por estos lados, con lo que tenemos que vivir. Víctima de la tramitomanía irracional y arbitraria de las entidades públicas, a punto estuve de declararme en rebeldía y dejar ahí, no hacer más, llamado al paro, pero no, además de un par de quejas al aire, no hice mucho más.  ¿Qué será peor?  Pero es que quejarme desde el privilegio en el que existo me da algo de vergüenza.  Resulta incoherente, a veces. 

Sin nubes

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Hay días que amanezco con ganas de volar, me anima el cielo despejado y los pájaros cerca que van de lado a lado, veloces y, desde mi mirada, felices. Otros días quiero flotar largo rato, relajada y serena, respirando nada más. A veces me dan ganas solamente de contemplar el entorno. Observar. Percibir. Sentirme viva.  Pero, siempre, estoy dispuesta a un trozo de pan recién hecho... en medio de todo, soy de lo más terrenal.  Mientras vuelve el día de volar y flotar, seguiré por acá, con mis recuerdos pandémicos,  aquellos que se llenan de amaneceres fascinantes y fantásticas mañanas de azul celeste.  Por ahora, un día de la tierra colmado de ratitos de alegría.  

Noche

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Dormí fatal. Bueno, dormí poco. No sé si es lo mismo. Pasa, a veces. Uso aceite de gardenia que ayuda a que no pase, a veces. Tomo, pocas veces, gotas de pasiflora y salvia, que también ayudan. Duermo profunda sin tomar ni oler nada, muchas otras. Anoche ni lo uno, ni lo otro. Insomne desde las 2:24 a.m. Oyendo la respiración pausada de Pancho, concentrada en sus inhalaciones y exhalaciones a ver si lograba también aquella profundidad que me da envidia, pero no resultó.  Intenté recordar el sueño reciente. El que me sacó de la hondura somnolienta, sin éxito tampoco. Conté lentamente hasta que me aburrí y procuré no abrir los ojos, pero fallé.   Total, no quedo otra que leer un poco, asumí el riesgo de perder por completo lo que quedaba de noche, y bueno… al final me rendí, creo que cerca a las 4 o por ahí, algo dormí, quise soñar de nuevo, un mundo feliz, tal vez eso sí lo logré, no lo recuerdo… Igual, desperté con el desayuno listo, es una de mis mayores fortunas, y en breve estuvimos

Breve

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Maravilloso y refrescante paseo al despertar.  Con las orejas casi congeladas, pero el cuerpo tibio, avancé por el cerro en un recorrido emocionante de bonitas sensaciones.  El sol saliendo, el cielo despejado y la brisa en la cara fueron compañía en la ruta.  En sintonía con los amaneceres del campo, ambientados con la marea infinita de sonidos de la naturaleza, anduve por poco más de una hora, recargando combustible para empezar la jornada... aquella en la que frente al compu intento no desesperar, a veces por reuniones interminables e ineficaces, otras por repetición de tarea y otras porque encuentro mil cosas más entretenidas que hacer... Por fortuna responsabilidad y compromiso no faltan. 

Empezar semana

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Soñé luna y desperté en rosa. Lunes de un abril que no está siendo de lluvias mil. Perfecto para afrontar el día de la mejor manera, una forma estupenda de arrancar.

Mañana de abril

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La vida fluye. Es fácil y bonita los domingos. Se mueven las sombras y nosotros con ellas. Hoy disfrutamos de la mañana en medio del relajante sonido del agua Tuvimos un rato largo de ser felices muy cerca de acá. Regresamos pronto y preparamos empanadas. Comimos paleta de postre. Y en la tarde, nada, o bueno, no mucho. ¡Vaya fortuna!

Sábado

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Otro día de deslumbrante cielo azul que aprovechamos para una miniaventura matutina. El campo inmenso sobre el que se combinan infinitos colores fue nuestro escenario y es fuente de permanente inspiración por estas tierras. Salió el solecito, perfecto para avanzar caminando y en bici y descubrir nuevos paisajes, bonitos, maravillosos.  Como siempre, no dejamos pasar la oportunidad y el espacio que ofrece la cotidianidad reciente para cuidarnos, querernos y divertirnos. Sumamos pasos respirando aire puro, fijamos vitaminas, nos llenamos de asombro ante la belleza y regresamos felices. Fue corto y no tan intenso, pero fue mágico... siempre me ha gustado estar por acá, pero ahora me fascina.

Sensaciones

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La vida me regaló mente y corazón grandes para intentar comprender el mundo, reconocer cada día su belleza y resaltar la importancia de cuidarlo. Me falta un montón, pero voy por buen camino, en el campo he ganado perspectiva.  La vida es inabarcable, sí, pero las emociones constantes llenan mi existencia. El magnetismo que me produce oír corrientes de agua y el concierto de los pájaros al amanecer, junto con la ilusión de descubrir los colores de las tardes rurales y algunas puestas del sol casi veraniegas, han transformado mi forma de ver el mundo. Es simple, pero bellísimo. Vemos una mínima parte y es impresionante.

Sobre la marcha

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Anoche un cielo estrellado y hoy un amanecer despejado, qué mejor! A veces se vale desviarse de la ruta... en realidad, siempre se puede.  Con esto en mente, tomé otro rumbo, me fui por uno de los hermosos caminos del vecindario, que, entre paréntesis, está siempre solitario y silencioso. El aire de la mañana estaba muy fresco y el ascenso, aunque pedregoso, sin complicaciones. Igual fue necesario ajustar el ritmo y profundizar un tanto la respiración porque en semana debe ser breve y efectivo, para arrancar con entusiasmo, pero a tiempo.  

Cotidianidad pandémica

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Hemos compartido varias copas y muchas sobremesas en largas conversaciones sencillas sobre nuestra rutina campestre. Hemos dormido hasta que el cuerpo ha dicho basta, y también hemos disfrutado las delicias de la comida casera, cosas muy ricas y otras que pueden mejorar. Hemos disfrutado el tiempo de las flores y el aroma de las plantas, soportado el frío y agradecido inmensamente los días de sol. Ha sido tiempo de un sinfín de sensaciones, sin prisas ni agobios.

Mirada

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A lo lejos, a las nubes del más allá A las hojas que están a punto de caer A las gotas que resbalan Al color y la forma del polen en algunas flores A los insectos diversos, los del suelo y los que vuelan A los pájaros que van de rama en rama A los ojos, expresivos y no, de los transeúntes A las calles del pueblo, agitadas en domingo Al humo que sale de las tazas de café caliente A la canela que decora el rollo De nuevo la suerte del sol, otro día iluminado y azul, muy entretenido.  

Por instantes

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En ascenso, disfrutando el esplendor a cada paso.  Energía incontenible que rápido se potencia con descubrimientos inesperados y grandiosos.   Así es la alegría por encontrar nuevos caminos. Seguiremos confiando en la vida y ojalá pronto los abrazos.

Paseo inspirador

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Inhalar los aromas del bosque me sienta de maravilla. La inmensa fuerza aromática del eucalipto y de los pinos se mete en la nariz y me transporta a mil aventuras. Respirar aire puro para empezar el día despejada y atenta es de lo mejor, el efecto se me pasa rápido, sí, después me quedo entre las nubes. Mi fascinación por el verde circundante es tal que me siento en medio de una vida de lujo.

Tarde sabanera

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Me llevo bastante bien con el frío, mucho mejor que con el calor, pero a veces no quiero sentirlo.  Busco rayos de sol que conforten la estancia en estas jornadas de campo.