Esto, aquello y lo demás también

Esa noche vacía ese cielo oscurísimo sin luna ese silencio profundo estar juntos sin más sin hacer nada imposible mejor

Comenzó como nada para pasar a sentirse como una emoción indefinida y nebulosa. Se diluyó en el aire liviano para luego fundirse con el entorno. Llegó. Se fue. No ha cambiado nada.

Tengo instantes de tontería momentánea y de sabiduría pasajera.  Me pierdo en mi desorden con regularidad. La belleza de la naturaleza y la diversidad de la literatura me llenan de emoción y de placer también.   En ocasiones todo me da exactamente igual. Estoy tranquila casi siempre y alegre con frecuencia… hasta que todo se complica un poco y soy incapaz de controlar el ritmo de mi respiración durante instantes que parecen interminables.   Me siento valiente y decidida de cuando en vez, capaz de todo sin darme cuenta.    Intento hacer las cosas bien, pero se que no es tan fácil porque cada vez me resulta cuesta arriba. Soy incapaz de entender los signos más obvios, pero hábil para ver más allá de ellos. En algunas oportunidades me muevo evitando medir reacciones espontáneas, fluyendo para disfrutar más… en otras pensando un montón, queriendo controlarlo todo. Soy yo a veces y muy yo otras.

En ocasiones la vida es puro sinsentido, pero el mundo quizá siempre ha sido así, caótico y convulso, ocurre que ahora tenemos evidencia instantánea y en vivo de todo su mal.

Recuerdo de una semana saboreando un retiro voluntario, aislada, cumpliendo con mis obligaciones laborales; a distancia, cumpliendo con las familiares. Alejada de ruidos urbanos, sumergida en mis pensamientos y buscando respuestas que no encontré, empecé a aprender y aceptar el devenir.

Se encuentran de frente las caras consternadas de siempre con el convencimiento absoluto de que la realidad que no fueron capaces de imaginar los va a aplastar. En el aire flotan seres que parecen venidos de otro planeta. Se crean expectativas y se forman ilusiones, pero es probable que nunca sucedan y queden pendientes para siempre. 

  Decirme que no es para tanto Abrir la ventana para oír mejor los pájaros que cantan Sonreír porque sí Dar un paseo por un rumbo nuevo Tener una conversación cara a cara Disfrutar un helado en el parque Compartir un café en una terraza Poner el chocolate en la mesa No llegar a ninguna conclusión

De regreso, muchas vueltas y giros en mi mente en una breve escapada al parque. Hice pausa y observé todo tipo de desventuras y anécdotas en una mañana azul. Transeúntes y vecinos paseando su cotidianidad con alegrías y tristezas, supuse. Es lógico que el mundo continúe su rumbo, nunca se detiene, aún cuando hay situaciones que parecen insalvables, son solo angustias y problemas que resultan ajenos a todos los demás.

  Una cueva de sensaciones nuevas El jardín con la mesa puesta con mantel de cuadros azules Un atajo y un sendero Silencios propios y ajenos

Hace apenas un par de semanas. En compañía, así la expedición de aquel domingo de cumple.  La mañana estuvo brillante. La montaña fue nuestro escenario. Nos costó llegar, pero bien valió la pena, disfrutamos espectáculos varios en el camino En pleno ascenso sentimos que la fuerza se agotaba y ya no podíamos más, pero avanzamos y contemplamos desde lo alto el verde con toda su belleza... y así nos fue, hasta los caballos llegaron a saludar.

Apagaré ocasionalmente los ruidos interiores Lloraré cuando me dé la gana Espantaré miedos e inseguridades y me concentraré en anhelos Abrazaré mis sombras Escogeré lo sustancial, en el espacio y el tiempo preciso Resistiré a mi manera, con un poco de nutella

Un poquito mejor. Las cosas empiezan a cambiar de color, lentamente retoman su curso. Confío madre en que seguiremos comentado el día a día, compartiendo tus llamadas de la mañana, que te seguirás alegrando y emocionando por las andanzas del joven. Que seguirás siendo la animadora número uno de todos mis intentos de bailar, de cocinar, de escribir. Aunque ya conozco mis destrezas y puse los pies en la tierra hace mucho, siempre has estado para darme la palmada necesaria, aquella que me entusiasma a seguir adelante a pesar de todo. La vida está para llenarla a besos, colmarla de abrazos, para brindar y celebrar y ojalá sea contigo por mucho tiempo más. Agradezco tu vida y tu respiración  💚

Intento balancear la existencia en tiempos de tormenta. He sabido siempre que la vida es un cambio constante, que a diario nos movemos entre emociones y puntos suspensivos, entre la belleza y la crudeza de este mundo que a ratos encuentro caótico. Lo he sabido, sí, pero lo olvido a veces y cuesta asumirlo.  Te visito y acudo a los recuerdos, esos que vienen a quedarse mientras vuelves, aquellos que acarician, que te mantienen presente, cerca de mí. Se cuela por la ventana algo de brisa y pienso que has hecho nuestra vida muy bonita y mientras te miro y rozo con delicadeza tus brazos hinchados, pienso también que seguiré subiendo cerros, aprendiendo sobre flores y pájaros, que te compraré más libros, aunque ya se nos acumulan varios, que iremos al supermercado a antojarnos como siempre... que seguiré improvisando en esto de la maternidad de un adolescente, evitando convertirme yo en la adolescente mayor. Te miro profundamente y en cada línea de tu cara veo la sonrisa que nos regalas cua

A veces, desde mi ventana, veo nubes Evadiendo la realidad, a veces, dudo de todo En las tardes me siento a escribirte y me siento fuerte, a veces Seguiré sonriendo y me dejaré abrazar, siempre Los recuerdos siempre vienen para quedarse Siempre bailaré, no hace falta saber Por instantes me distraigo viendo el transcurrir de la vida de otros, aquellos que avanzan, hablan, corren, sonríen... vagabundeo un tanto y aterrizo de nuevo... el mundo no se ha detenido madre y me parece cruel seguir como si nada. No entiendo, pero los días siguen coloreados de verde y azul, es así. Con frecuencia tengo que traducir mi pensamiento cuando intento mantener una conversación... recuerdo permanentemente la secuencia de sucesos, los acontecimientos que precipitaron el panorama actual. Sigo sin explicación contundente, es así, pero será cuestión de tiempo.

Un martes inesperado el de la semana pasada. Un día que comenzó como todos y se transformó en un instante. Súbitamente la incertidumbre sobre lo que ocurría se materializó, tus ojos brillaron en busca de algo que parecía inundar el ambiente y tu cuerpo se alteró incesantemente… minutos de pánico empezaron y desde entonces todo cambió. El dolor, la confusión por la crudeza de la imagen que tenía enfrente, sacó todos los sentimientos revueltos y atascados del que quizá ha sido el momento más impactante de mi vida; pero me viste fuerte siempre, capaz de todo, y así será madre, me cuidan, me apoyan, me dan ánimo y acá estaré para ti. Verte así madre bonita es un desafío diario. Te veo entre la belleza que ha dejado el caos convulso, la profundidad de tu sueño y el horror de los días que has estado dependiendo de tantos aparatos. Es el tiempo que me marca y me lleva… por momentos hago pausa y te veo suspendida, imagino el trance que deben producir tantos medicamentos circulando por tu cuerp

Desde que comenzó el mes estoy en modo cumpleañero. Son cuarenta y tantos, parecen muchos, pero en realidad no lo son, solo los justos, los que han merecido la pena, los de la preparación para lo que viene, que avanzará, espero y confío, por buen camino. Creo que el recorrido ha sido bonito... con vida plena, aunque no siempre cuerda. Sencilla, pero interesante, divertida a veces, emocionante otras, tranquila y serena casi siempre. Y sí, aquí estoy. Feliz e ilusionada. Lista para lo que venga. Ahora con 45 me invade una inmensa gratitud por lo vivido. Estoy, sigo estando y además de estar, estoy bien, en buena compañía. Es bonito cumplir y celebrar, es bonito estar feliz desde el despertar, es bonito sentirse afortunada y querida, rodeada de mi familia, mi mayor certeza, lo que amo con profundidad y a lo que me aferro siempre. Y bueno, como es sabido ya, me gusta estar de cumple, celebrar mi paso por el mundo... comer torta, soplar velas, no hacer caso del tiempo y sonreír. Somos fug

El camino largo Serpenteante para evitar el aburrimiento Con varias vueltas, ires y venires Con destellos, muy iluminados Algunos pasos lentos En medio de grises y matices opacos Avances inciertos Ambientados con palabras, comas y puntos suspensivos Y llegó el día, no fue más, justo ahí

A veces pienso en genes, neuronas, historias... los y las mías.   ¿Qué será lo que en realidad pesa más en este cuerpo de cuarenta y muchos? ¿Qué hará que a veces me llene de algunos caprichos y otras distorsione mi visión de la realidad con múltiples matices?   Creo algunas ficciones con frecuencia, pero tengo todavía el juicio necesario para entender que no son suficientes para tanto sufrimiento alrededor.   En el campo se diluyen los pesares, no los veo al menos, pero acá, pfff, hay tanta gente con hambre y frío que me agobio.

Se avecinan las fiestas patronales y el entorno está entre frío y congelado, ambientado con tormentas, truenos y escasísimos rayos de sol.  Confiaré en que el tiempo mejore, pero por si acaso iré dejando color por acá para mejorar el escenario, aunque sea una ilusión no más.  Noviembre ha llegado cargado de agua y con ella ha llegado una lluvia de pensamientos por la proximidad de los muchos años que se avecinan... un paso más solamente, claro. Entregada a mi café de la mañana se me ocurre pensar en lo perfecto del momento. Vengo de dejar a mi chiqui en el cole, recorrimos los pasos habituales, conversamos, nos reímos, nos mojamos un tanto también. Me gusta verlo crecer, es realmente maravilloso. Obvio, no soy nada objetiva y por supuesto amo a mi hijo de manera incondicional y sobre todo, intensa... creo que eso me mantiene dichosa.   Aterrizaré que tengo que laborar... pero desde ya estoy pensando en celebración, felicidad, emociones varias.

Poco a poco, casi sin darnos cuenta, va terminando este 2021 que, aunque no tanto como el año anterior, ha sido un tanto singular, por decir lo menos, y como el olvido acecha, evitaré sus efectos retomando instantes de un mes que estuvo intenso y sereno a partes iguales. Empezamos con una semana en movimiento, caminando, agilizando tareas para dejar todo listo antes de partir a descansar. Una celebración cumpleañera interrumpió las urgencias y las carreras de los primeros días. Hice pausa para festejar, comer pastel y brindar. La diversión de siempre, sin excesos claro, a esta altura una copa extra pasa la cuenta. Vino después la explosión de color en la semana de receso, documentada hace unos días por acá. Los paisajes de montaña y el recorrido a orilla del Río Cauca fueron de lo mejor, la imponencia que me recuerda lo grande y majestuoso de la naturaleza. Por otro lado, hubiera podido prescindir de los turistas que acompañaron cada plan que armamos, visitantes de todo tipo y condic