Esto, aquello y lo demás también

Se acaba el primer trimestre del año, una vez más me doy cuenta de que el tiempo no se detiene y que entre más crezco, más rápido pasa, será que me estoy poniendo vieja. Como sea, tenemos que aprovechar... marzo tuvo de todo, instantes que se quedaron por ahí, y que mejor rescato para no olvidar. Aquellas onces con Daniela, una tarde entretenida y diferente con esta pequeña sonriente que con determinación llama la atención.  Adorable. Un viernes de prueba, en busca del cinturón amarillo.  Con dedicación, esfuerzo y mucha emoción, el peque presentó su examen.  Aún no sabemos el veredicto, pero podría asegurar que cambiaremos de color, lo merece. Pancho estuvo de cumple. Regalos, risas y muchas sorpresas... Hasta mi café con daño colateral en el desayuno, resultó bien, pudo salir mejor, claro... Mi fuerte no es la cocina. Por último, una tarde sabanera, iluminada y relajada, jugando con los perros. 

Dicen por ahí, y cada vez me convenzo más de ello, que lo mejor de los paseos es la compañía. Definitivamente nuestro plan del pasado finde estuvo de lujo... No todo resultó como lo imaginamos, ni siquiera el lugar donde nos quedamos, pero sin mucho pensarlo y con las sorpresas tardías, fue maravilloso, con un montón de risas que recordaremos por siempre.   La salida de la city antes del amanecer fue espectacular... Ver como iba saliendo el sol en medio de una espesa neblina que se levantaba desde el horizonte, estuvo genial... El camino con árboles repletos de flores de mil colores, fue sorprendente y la llegada con calle empinada y dificultad para alcanzar la cima, fue emocionante... o una pesadilla real, en palabras del peque. Sin prisas pero llenos de entusiasmo, con el talento de mi madre, Misia Marielo, de hacernos reír a carcajadas, y la curiosidad e imaginación de Daniel que no se detiene, pasamos felices.  A veces la vida nos da reveses, pero otras tantas, nos ofrece gra