Lo que ofrece la vida
Se está acabando el mes y mucho ha quedado por ahí. Desde los días de veranito en la costa, hasta el desayuno con los gatos aquellos, el concierto remembranza y el baño de bosque. Como prefiero asegurar la memoria, dejare por acá el detalle fotográfico, bueno, al menos una muestra de lo que ha sido, tan solo algunas imágenes y palabras para recordar con la mayor exactitud posible esos instantes vividos. Todo lo que necesitaba. Una semana de relajo y sol. El día en el que viajamos capturé en mi mente varios paisajes pasando a través de la ventana, muchos cuadros ante mí. Justo esa es la parte de lo que más disfruto en carretera. Llegamos y me dejé abrazar por el calor de la playa, me puse bloqueador una vez tras otra para dorarme de nuevo irremediablemente… Paseamos y comimos sin restricción. Estuvimos de un lado a otro, de la piscina al mar. Conocimos Ciénaga, Minca, anduvimos por el camellón de la marina, intentamos el rodadero, pasamos una mañana solos en una de las playas del Tayro