Entusiasmo por lo nuevo
Descubrí una nueva ruta, otra más que no me llevó a ningún lado. Atrapada y con algo de frustración tuve que dar vuelta atrás y regresar. Pero en el camino, ansiosa pensando que había encontrado otra forma de llegar al pueblo, viví toda una travesía. Un camino muy angosto, repleto de barro, de abejas, minimariposas y una multitud de pájaros. Escogí un paseo bastante espinoso y concentrada en no caer iba mirando al suelo, justo atravesé una telaraña y casi no logro quitar el hilo que quedo en mi cara. La vista que encontré me gustó bastante así que, aunque no llegué a donde esperaba, valió la pena. De regreso al conocido camino de tierra, sentí que volvía a la civilización y sin duda, creo que me gustó más la trocha silvestre y salvaje recién descubierta. A diferencia de mi encuentro de ayer, en el que los perros fueron amigos y compañeros, hoy me sorprendió un can furioso que agresivo y amenazante sacó sus colmillos afilados. Con la maestría de una mirada domadora lo calmé y retr