Pasos fallidos

Con entusiasmo y mucho ánimo partí temprano a un paseíto por los alrededores. Todo por explorar. Decidí conocer nuevas rutas y seleccioné un camino que pensé me llevaría a un lugar, cualquiera, menos una puerta cerrada de una finca más. Estuvo bien, me causó curiosidad una especie de maloca que encontré, no sé qué hace allí... pero no me gusta tener que devolverme, me invade la frustración, aunque bueno, igual tenía que saber qué había por ese camino. Tomé otro rumbo y ... pasó lo mismo.  Además, después de la lluvia algunos caminos exigen demasiada concentración... no logro mucha.  Intento dar el paso donde corresponde, pero no siempre acierto, como esta vez. Directo al charco, casi me sumerjo, sentí que me deslizaba como si de arena movediza se tratara... Escapé, pero caí justo en arbusto de moras, espinoso. No sé qué fue peor, mi pie empapado o mi brazo rasguñado. 

Sería todo, es temprano, doy los buenos días, me saludan, me despido, nos despedimos. Sigo la ruta. Siempre así, bueno, cuando encuentro almas por ahí, porque a veces, la soledad es absoluta.






Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―