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Mostrando entradas de diciembre, 2021

Navidad veraniega

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El tiempo detenido de la pandemia, las consecuencias de un estallido y las tragedias de los inmigrantes han cambiado Santiago un montón. Un paseo por el centro, por los barrios de siempre, por sus plazas y parques, nos deja un sinsabor. La alegría por reconocer aquellas calles en las que aprendí a andar sin rumbo (mis primeros meses por acá, hace más de 20 años, estuvieron llenos de caminatas extensas sin dirección precisa), pasear bajo la sombra de los árboles y encontrar inmensas buganvilias, mezclada con la angustia por la vida que llevan los que viven en carpas callejeras, la incomodidad que produce la basura que abunda y la esperanza de que las cosas cambien pronto.  Así han transcurrido un poco estos días. Hemos disfrutado el barrio en el que estamos, que más parece un pueblo, acogidos por un ambiente tranquilo y muy relajado, ideal para empezar a desconectar, y también nos hemos aventurado en algunos recorridos que muchas impresiones nos han dejado.  Y en noche buena cambiamos l

Vista atrás

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Pese a las restricciones y los miedos en un año vertiginoso que siguió siendo atípico, hubo tiempo para escapadas, pocas, pero salvadoras: Al mar, Pacífico y Caribe A recorrer las montañas, exuberante páramo e imponentes rocas de la cordillera A pasear por ciudades, del trópico y metrópolis A caminar pueblos, empedrados y coloniales  La suerte del verde y de las olas golpeando en las rocas alivian el cansancio y me animan a no dejar de explorar. Las flores con sus colores y sus texturas me siguen cautivando y ver cómo, en medio de la sequedad, algunas insisten en levantarse, me reconforta.

Cosas que pienso en turbulencia

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En el aire, en aerolínea de bajo costo, incómoda, aburrida con las interrupciones sonoras que me impiden conciliar el sueño, esas que justo aparecen cuando por fin he conseguido el abrazo de Morfeo, decido tomar notas. Mi forma de pasar el rato. La búsqueda de sentido en aquellas cosas que carecen completamente de él. En la ventana veo un rayo de luz, uno más, el último del día y deja un hermoso tono azul que se desvanece bajo las nubes. Empieza a oscurecer y ya quiero llegar, pero falta y como falta, me elevo.  Pienso que soy afortunada. Mi éxito en la vida ha sido lograr serenidad, estar en paz me parece lo más... cuando me siento tranquila procuro mantenerme así, pero hay instantes en los que necesito ver cosas bonitas, cosas que me alegren el corazón y ojalá algunas que también me hagan reír.  Hay mucho aún sin vivir, pero algunas cosas puedo imaginarlas, soñarlas o leerlas… así he protagonizado varias novelas audaces, cómicas y, también, dramáticas... por supuesto hay cosas que es

Despegar

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Tráfico lento, de sábado decembrino; fila eterna para el check in, en plena transformación tecnológica y volvemos a esperar y a seguir esperando. Confusión en pases de abordar, volver y de nuevo confusión, correr, regresar y seguir en fila, a mayor velocidad, por fortuna. Pasar controles y seguir corriendo para alcanzar a comer antes de abordar. Lo logramos y nos comimos las mejores empanadas jamás, no sabemos si fue el hambre, pero desde la entrada, ¡todo nos gustó! Tuvimos suerte de que el vuelo estuviera retrasado, si no, nos habríamos quedado. Así empezamos el paseo,  ¡por fin otra vez de viaje!

Breves de martes decembrino

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Abriendo un chocolate mientras me siento algo culpable, pero incapaz de resistir la tentación del dulce, pienso en el momento que atravesamos.... lleno de prudencia mezclada con alegría desbordante porque después de lo vivido, ver ahora la rápida recuperación de mi madre parece de película. Procuro últimamente que no todo se llene de magia antes de tiempo, me refiero a que prefiero mantener las expectativas a raya, así evito que lo que llegue se quede corto, no sea o defraude. Me cuesta, porque ando imaginando cómo serán las cosas... siempre, para todo.  Este año puso a prueba cada parte de mí, tuvimos momentos de oscuridad, pero la buena fortuna nos acompañó y ahora exprimo cada segundo, bueno, esto no es del todo nuevo, pero ahora soy más consciente... resistimos con la ayuda y el apoyo de muchos, personas del pasado y del presente facilitaron tránsitos difíciles.

Me pregunto

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Si el amor es conmovedor, se siente tanto, tan fuerte y bonito ¿por qué no lo dejamos ser?  ¿A qué se debe que algunas cosas pasen de simples y corrientes a fascinantes y atractivas sin apenas darnos cuenta?  ¿Pasará que después de un gran susto el miedo se disipe y las cosas vuelvan a lo que alguna vez fueron?

En desorden

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Paso de noches en vela a noches en las que caigo inconsciente. Me muevo entre sueños fantásticos y coloridos y pesadillas oscuras que generan verdadero terror. Siento que empieza a acabarse el año y el mundo enloquece, lo quieren todo para ya, de inmediato, siempre algo que hacer, una presentación, un plan, un correo, teams... El mundo se acaba si no, y pues no, ¡¡no hay manera!! Estoy un poco cansada y creo que lo mío es la vida pausada, con tiempo para caminar, contemplar, leer y conversar. Avanza el tiempo y lo noto porque mi chiqui crece. Creció. Es ahora mi joven inmenso de metro cincuenta. Está creando su mundo y por ahora hay poco espacio y tiempo para mí. Sigo viéndolo y cuidándolo muy de cerca. Intento que no lo note mucho, sin éxito.   Me convenzo a veces y trato de guardar la compostura, pero resulto casi siempre haciendo un poco de catarsis, diciendo quizá más de los esperado.

Diciembre

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Me gusta su cielo despejado, su magia pasajera Las luces de colores y las buenas intenciones Todo me parece más bonito y acogedor Disfruto los encuentros Y los buñuelos del tamaño apropiado Me fascinan los brindis por los encuentros fugaces Me agobian las prisas y las frustraciones Me Incomodan las jornadas demasiado ruidosas, en las que todo parece acelerarse. El sonido de la pólvora y sus consecuencias Las multitudes y el impulso consumista Trabajar mientras la vida pasa bonito afuera Diciembre embellece el entorno, pero no hace milagros