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Mostrando entradas de octubre, 2020

Salir por ahí

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El plan acostumbrado últimamente. Disfrutar paisajes, plantas y los colores del entorno, también las minúsculas flores y los frondosos árboles. Acompañada por una brisa suave y fresca y el más azul de los cielos, aproveché una mañana sin igual. Poco a poco el día se fue despejando y de repente comenzó todo a brillar, llenándome de instantes felices y prósperos en medio del verde. No solo eso, tuve una amiga perruna en el camino, se acercó y nos fuimos de parche hasta la cima, adorable, paciente, encantadora. El camino cuesta arriba me fatiga, pero me encanta y en estos días raros y confusos, en los que el agotamiento surge, es ideal respirar el aire en las alturas y sentirme acogida por la montaña. Fue todo un desafío llegar ahora que la ferritina anda por el suelo, pero me resisto a dejar de subir, por ahora no, después ya veremos. Tratando de aprender a vivir en este tiempo, terminamos el finde contemplando la tarde desde nuestro nuevo sitio, mi nuevo sitio.

Al cerro la expedición

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Aunque mi destino favorito sigue siendo el páramo por la posibilidad de disfrutar las nubes, hoy decidí aventurarme por otra ruta, y no estuvo mal, para nada. Bueno, salvo por el descenso que me iba dejando ligeramente mal herida.  La rodilla no aguanta ya mi peso en bajada... regresé un tanto atrofiada, pero contenta. Claro, también me sentí por completo extraviada en un instante, pero confié y los lugareños me señalaron el camino, así que no hubo drama alguno.  Por más adversas que sean las circunstancias en el mundo, hemos inventado un paraíso en medio de la majestuosidad de los cerros que rodean nuestro lugar feliz y nos estamos dedicando a explorar, a conocer y a disfrutar. Así comenzó el día, así fue y así será.  

Y tan felices

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En pausa todavía, pero con momentos, esporádicos aún, en los que podemos empezar a "vivir" de nuevo. Enmascarados, respetando bioseguridad y demás, nos encontramos a celebrar, con instantes de sonrisas de oreja a oreja que se dejaron ver por ahí y una breve actualización del quehacer pandémico.  Con torta y mermelada cinco estrellas, cada uno más insuperable y yo... sin mayor talento que la suerte de saber rodearme, de tener buenos amigos, divertidos y peligrosos.  Verdad es que antes bailabamos hasta el amanecer, que amenzaban con enviarnos a la poli para bajarle al escandalo... eran otras celebraciones las de hace algunos años, estas son las de los 40, en familia, con vida sana y documentando cierta actividad deportiva... sin exagerar que no hay por qué ... Total, seguimos llenos de vida, solo más sabios, más interesantes, sorprendentes como siempre. Con este encuentro,breve y sabanero, comenzamos las celebraciones cumpleañeras de fin de año... las tradicionales, las que n

Sábado otra vez

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Una nueva oportunidad para ascender. Creo que me sienta bien, siempre me dejo sorprender por el camino y me gusta lo que encuentro. En esta oportunidad cambié el rumbo y una extraña sensación de libertad se apoderó de mí     Como siempre, el recorrido es en ascenso, avanzaba y se empinaba, pero en lugar de ir hacía el páramo, seguí hacía el norte y el trayecto se suavizó bastante... además, a pesar del frío, el paseo no estuvo sumido en la neblina, las pocas nubes se desplazaban lentamente y lo único incomodo fueron los perros alevosos que intentaron robar un pedazo de mí.  Me protegí, los espanté, pero algo me asusté. Sin embargo, vino muy bien volver a echarle un vistazo a la montaña, a ver qué había pasado en la semana en que estuve ausente.  Ojalá pueda mantener el ritmo.

Frescura verde

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Porque cualquier instante transforma la existencia, aprovechamos el día libre y entusiasmados y colmados de un espíritu aventurero, emprendimos el camino por uno de los recorridos que tenemos cerca.  Vimos en el mapa la posible ruta y en medio de un transcurrir simple, con sol, conectados con el verde, pasamos la mañana de un festivo en este año extraño que no termina de acomodarse, pero que mucho nos ha regalado. Cuesta arriba y cuesta abajo, anduvimos por parajes que nunca nos habían acogido. Llegamos a la cima del cerro y respiramos. Maravillados con la vista desde cualquier punto, fuimos pasando por maizales que crecen bien verdes, arvejas que se extienden sin límite aparente, papas que florecen y fresas que abundan y convierten cada cerro en un mar oscuro. Con algunas quejas por lo inclinado del camino, recorrimos varios miles de pasos que suman en este octubre caminante.  Nos detuvimos en el trayecto, claro, pero no precisamente a descansar.... una vacada, o muchas vacas juntas