Sábado otra vez
Una nueva oportunidad para ascender. Creo que me sienta bien, siempre me dejo sorprender por el camino y me gusta lo que encuentro. En esta oportunidad cambié el rumbo y una extraña sensación de libertad se apoderó de mí
Como siempre, el recorrido es en ascenso,
avanzaba y se empinaba, pero en lugar de ir hacía el páramo, seguí hacía el
norte y el trayecto se suavizó bastante... además, a pesar del frío, el paseo
no estuvo sumido en la neblina, las pocas nubes se desplazaban lentamente y lo
único incomodo fueron los perros alevosos que intentaron robar un pedazo de
mí. Me protegí, los espanté, pero algo
me asusté. Sin embargo, vino muy bien volver a echarle un vistazo a la montaña,
a ver qué había pasado en la semana en que estuve ausente. Ojalá pueda mantener el ritmo.