Frescura verde

Porque cualquier instante transforma la existencia, aprovechamos el día libre y entusiasmados y colmados de un espíritu aventurero, emprendimos el camino por uno de los recorridos que tenemos cerca.  Vimos en el mapa la posible ruta y en medio de un transcurrir simple, con sol, conectados con el verde, pasamos la mañana de un festivo en este año extraño que no termina de acomodarse, pero que mucho nos ha regalado.

Cuesta arriba y cuesta abajo, anduvimos por parajes que nunca nos habían acogido. Llegamos a la cima del cerro y respiramos. Maravillados con la vista desde cualquier punto, fuimos pasando por maizales que crecen bien verdes, arvejas que se extienden sin límite aparente, papas que florecen y fresas que abundan y convierten cada cerro en un mar oscuro. Con algunas quejas por lo inclinado del camino, recorrimos varios miles de pasos que suman en este octubre caminante.  Nos detuvimos en el trayecto, claro, pero no precisamente a descansar.... una vacada, o muchas vacas juntas, nos hicieron despejar el camino y darles paso con calle de honor y todo.  Estuvo fantástica la mañana. 
















Y finalmente, después de un confinamiento sin pisar una pelu, el desafío del día fue irnos de plan al spa del pueblo. 


Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―