Al cerro la expedición

Aunque mi destino favorito sigue siendo el páramo por la posibilidad de disfrutar las nubes, hoy decidí aventurarme por otra ruta, y no estuvo mal, para nada. Bueno, salvo por el descenso que me iba dejando ligeramente mal herida.  La rodilla no aguanta ya mi peso en bajada... regresé un tanto atrofiada, pero contenta. Claro, también me sentí por completo extraviada en un instante, pero confié y los lugareños me señalaron el camino, así que no hubo drama alguno. 

Por más adversas que sean las circunstancias en el mundo, hemos inventado un paraíso en medio de la majestuosidad de los cerros que rodean nuestro lugar feliz y nos estamos dedicando a explorar, a conocer y a disfrutar.

Así comenzó el día, así fue y así será.

 

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Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―