Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

Mientras tanto

Imagen
Completé una semana de reposo, terminé noviembre en calma, recuperándome, con ganas de estar bien.  Poco a poco lo voy logrando.  Y sí, a veces el cuerpo duele, es frágil y vulnerable, pero se hace lo que se puede, se recibe el cariño de muchos y todo el amor de la familia y se sana rápido. En realidad, el NO movimiento de estos días ha sido solo aparente, porque intentando que el dolor desapareciera y la incomodidad se fuera, imaginé, inventé lugares, gente, sensaciones, recordé los colores de las flores, y por supuesto la risa de mi hijo, y pasó. Pasará.  Tuve además tiempo para ver series y reírme de bobadas, nada muy complicado ni dramático, series ligeras que cumplieron su propósito y me entretuvieron, ni siquiera me esforcé en leer, no quería sostener nada, no importó, así quería que fuera. Diciembre siempre trae felicidad, no quiero que este año sea diferente, estaré quieta aún, seguiremos en emergencia, pero, así y todo, estoy decidida a disfrutarlo.

Último ascenso del año

Imagen
Seguimos caminando por acá, sumando pasos a nuestros kilómetros dominicales, hasta hoy no más, claro está.   En lo que queda del año otro rumbo tomaré, pero lo que ha sido, lo que he disfrutado este páramo, lo que ha significado subir últimamente, se quedará conmigo como una sensación inolvidable. Creo que el ascenso se convirtió en mi mejor plan pandémico.   Me puse a prueba y la superé con amplio margen, lo logré y me encantó.   Recuperé el hierro y construí la mejor terapia de oxigenación posible.     Adentrarme por los senderos paramunos hasta alcanzar la tranquilidad total ha sido de lo mejor de este año extraño, perderme para disfrutar después el placer de llegar a alguna parte exuberante, ha valido cada paso. Además, la perspectiva que da el precipicio ha impedido que me pierda en mi propia pequeñez, que tome distancia y que reafirme que lo importante es lo que tengo conmigo, y bueno, como soy una mujer con suerte confío en que todo seguirá bien.

Se vale seguir de celebración

Imagen
Se celebra siempre, como el año pasado, como el anterior, como el otro y así, como nos gusta. Pero esta vez cambiamos de escenario, comimos pizza fría, aunque sabrosa, brindamos por la vida y pedí deseos con deliciosa y preciosa torta de chocolate, mucho chocolate y centro de fresa. Una noche repleta de cariño, de entretenidas conversaciones y por supuesto, de algunas risas. No hubo música ni exceso de alcohol, no bailamos ni cantamos, pero disfrutamos… desde luego lo que vale es la compañía y la generosidad de mis amigos, los más peligrosos de todos. No soy la mejor anfitriona, está claro desde siempre, pero tener visitas así me encanta, ojalá pase pronto esta pandemia del mal y podamos repetir sin tanto distanciamiento. Ojalá podamos repetir siempre, en 10, 20, 30 años más, que esto apenas comienza.

Noviembre está siendo frío y tormentoso

Imagen
  Algo de lo que ha estado ocurriendo en nuestra vida últimamente. Los días han estado entre blanco, gris y verde, pero también ha salido un poco de sol. No tenemos estaciones por acá, pero noviembre ha tenido días primaverales, horas veraniegas, instantes otoñales y semanas de intenso invierno. Algunos días han estado silenciosos y aletargados también, como si todos fueran domingo. Me gusta como se siente el campo en este entorno invernal, fresco, lleno de vida y humedad a montones; además, de vez en cuando un poco de sol dorado ilumina la mañana y algunas sombras azules le dan un toque de color al día. Disfrutamos la sencillez que huele a campo, a pino y a eucalipto, a ricas preparaciones a la parrilla o al horno, también disfrutamos no hacer mucho cuando el trabajo lo permite, estar y ya.  Nos falta la familia, los amigos cercanos y las salidas por ahí a ver otros mundos y otras caras, pero aprovechamos nuestra compañía y el calor de hogar que es lo que tenemos ahora. Nos gusta. Cam

Amaneció nublado

Imagen
Así se mantuvo el día, un tanto gris y frío, pero estuvo encantador.  El desayuno de madrugada, en penumbra iluminada por lucecitas y velas, estuvo delicioso; el ascenso en compañía fue diferente, alegre y esforzado, pero valió la pena; el almuerzo con tacos colombianizados y tortas calóricas me encantó; y bueno, las flores, los buenos deseos y los bonitos regalos, hicieron de mi cumple pandémico, uno muy especial. Por la mañana, bajo la neblina densa casi coronamos el páramo.  Como de regalo, las nubes llegaron, saludaron, bailaron, dieron vuelta, se fueron, volvieron y así, me gusta ese transcurrir. Me fascina estar entre ellas y enfriarme un tanto con el aire paramuno. Y en la tarde pasé un rato relajando el cuerpo en medio de aceites y aromas de bosque, así anduvo el día, natural, celebrado en la distancia con muchos afectos que conservo como lo más valioso que me ha dado la vida.

Poco más de cuarenta

Imagen
Llegan los 44 con satisfacción y profunda gratitud por lo vivido hasta ahora, pero también con algo de sobrecogimiento por la velocidad con la que transcurre la vida, por el acelerado discurrir del tiempo... A susta un poco. Más de 16 mil días han pasado desde que aterricé por estos lados, con lo cual parece que ya soy muy antigua y con tantos años encima no queda otra que vivir como me gusta, siendo quien me gusta, fiel a mi esencia, a veces incoherente e indefinida, pero procurando pasarla lo mejor posible sin saltarme las reglas, aunque a veces debería. La vida ha sido generosa conmigo y cada vez me gusta más… quizá porque asumí hace años mis imperfecciones y las gestiono responsablemente, con fortaleza, algo de osadía y prudencia a la vez, no vaya a ser, y lo mejor, porque cuento siempre con e l abrazo fuerte que me sostiene y las sonrisas cálidas que me acarician... tengo la s uerte en casa de que me quieran tal cual soy, con todo y mi punto de locura. Despido los 43 con una vida