Viaje en el tiempo
En la sosegada calma del finde, tras una semana intensa de poco tiempo libre, entré una vez más en espiral, girando alrededor de mis recuerdos y emociones. La noche, el insomnio y tantos días ya sin ver estrellas, sin sentir el olor de la lluvia, ni ver el vuelo de los pájaros, ha hecho que repase mis recuerdos para no olvidar quién fui, y encontrar así alguna forma de enfrentar este mundo y sus angustias, con tantas pérdidas y tragedias recientes. Y es que la crudeza de la vida y lo catastrófico que puede seguir siendo todo me produce miedo y un dolor inmenso, quizá por eso me refugio en lo que tengo cerca y acudo a mi memoria, que, aunque me pone un tanto nostálgica, hace que el corazón se me llene de amor y sonría. No sé si se deba a que guardo solo lo que me hace bien, pero mi historia, cada vez menos corta, está repleta de personas estupendas y de buenos momentos que le han dado sentido a todo cuanto soy. Definitivamente, el universo, aunque disparatado, ha conspirado siempre par