Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2019

Apuntes de febrero

Imagen
Otro mes que se nos va. Y sí, empezó corriendo y terminó sin darme cuenta, y eso que no me puedo quejar de falta de tiempo.   Astromelias del jardín Este país nuestro posee infinidad de problemas de difícil arreglo. Lo vivimos en la exposición fotográfica que visitamos hace unas semanas, que me dejó impactada; en las noticias diarias que conmueven y perturban y en el transcurrir que evidencia el caos y el malestar de muchos. Aún así, insisto en mantener la esperanza.   Además, a pesar de lo que dicen las redes, del cerco diplomático, de lo que hacen los políticos, de la corrupción pública y privada y de todo lo demás, que es vergüenza total, salgo y los rostros anónimos de la ciudad me transmiten confianza.   No es algo de todos los días, claro, pero me animan un tanto. Quiero pensar que algún día podremos alcanzar un estado de bienestar y respeto para todos. Y bueno, no obstante el entorno, que con frecuencia se pone negro, en febrero opté por seguir disfrutando mis

La mente divaga

Imagen
Aún con más de cuarenta y pareciera que atravieso la adolescencia... desconozco hacia donde voy. Ni idea qué me pasará cuando "crezca"... Ni idea si creceré alguna vez, pero no detengo el rumbo. De momento, avanzar en la dirección del viento. Cada día un paso adelante. Lo que surja, bien acompañada y saludable, estoy segura de que estará bien.

Finde casero

Imagen
Llegar a nuestro pequeño paraíso siempre me alegra, más aún cuando el clima ayuda. El sábado el sol lució espléndido, tuvimos un día cálido y despejado y sin dudar, lo aprovechamos.  Actividades varias, algunas relajantes y otras intensas fueron el quehacer del día. Almuerzo en el pueblo, visita a la galería y cafecito en el lugar de siempre.  Lo cotidiano con un toque especial.  Al anochecer, nos iluminó un rayo, nos aturdió un trueno, presagio de una furiosa tempestad que al final resultó siendo una suave, pero larga lluvia que nos acompañó durante las primeras horas de la noche. Necesaria. El domingo, la hierba fresca después de la lluvia nos dio la bienvenida. Supuestamente tendríamos un día sin obligaciones ni prisas... pero no resultó así. Siempre hay cosas que hacer en la casa y a ello nos dedicamos toda la mañana.  No obstante, además de sembrar, limpiar y acomodar cosas aquí y allá, tuvimos tiempo para salir a disfrutar el entorno, a jugar con Lila y

Nuevos destinos

Imagen
Con intenciones de compras artesanales partimos hacia el sur de la ciudad.   Esta vez la ruta nos llevaría al Tolima a conocer nuevos lugares. Escogimos buenos anfitriones y conocedores de la zona y aunque el propósito inicial no se logró, el plan resultó relajado, caluroso y muy entretenido. La razón, nos alojamos en el Guamo en medio de una finca limonera, en la que la vida parece surgir en forma de fruta. Bajo un sol luminoso, ambientados con el canto de pájaros y creyendo estar protegidos de los insectos, anduvimos lote a lote entre árboles de cítricos, guanábanas, mangos y algunas guayabas. Me apasiona el verde y por allí no hacía falta, así que el disfrute fue total. La ruta de exploración y descubrimiento, siguiendo a toda una hacendada enamorada de esa tierra, fue de lo más simpática.   Los chiquis recolectando e intentando podar una que otra rama y yo comiendo naranjas, conociendo plantas y sirviendo de alimento a los mosquitos que, ávidos de sangre fresca y joven, me at