En un vuelo se fue enero

Comenzamos 2019 sonriéndole a la vida en medio de la riqueza cultural, variada y entretenida de México.  Regresamos y  poco a poco fueron apareciendo noticias locales y cercanas que nos llevan por la calle de la amargura, por no decir del horror; pero aún así, esforzándonos por mantener la frente en alto y la esperanza intacta, le hemos dado vuelo a este año.
Enero estuvo repleto de actividad.  Al llegar de vacaciones convertí en rutina los largos paseos por la ciudad. Sumando pasos a la vida, he recorrido a pie varios kilómetros, cruzando miradas con desconocidos, disfrutando la brisa y respirando profundo. Compartí varios cafés y ocasionales copas de vino, encontrando y reencontrando amigos. Las plantas se han convertido en relajante entretención y ahora me encanta ensuciarme en el jardín.
Planes, paseos, lecturas, colores, pelis y mucha música en este comienzo de año con la mejor de las compañías.  Pasó rápido, sí, pero hice mucho, también.  Incluso descansé y sigo disfrutando de la incertidumbre, no temo hacer cosas poco productivas; me estoy dando un tiempo y estoy en paz. No será eterno, no puede ser. Espero que una puerta, o varias, se abran pronto y mientras tanto, aprendo a meditar con las tazas de café.

Recuerdo del Palacio de Bellas Artes en CDMX

Celebrando el cumple de Mer.

El asma no da tregua aún, pero venceremos!

Una tarde de pizza, en la mia casa.

Noche de copas con el cacharrito, insuperable.
Selfie decorada



Imparables, las celebraciones son lo nuestro!
Lo usual en domingo
Sorpresas del jardín.

La siembra da sus frutos.


Asaditos que no faltan.

Charlote y Lila requieren atención 

La despedida de J, lo vamos a extrañar. 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―