Esto, aquello y lo demás también

Bueno, qué sí, que no va más, que ocurrió de todo, que este 2018 nos deja momentos memorables, muchos de risas e intensidad y algunos tranquilos y serenos, varios días con el viento a favor y otros más. En cualquier caso, de muchas emociones estuvo repleto este año. Cosas espeluznantes ocurrieron en el lugar del mundo que habitamos, pero dada mi incompatibilidad con el drama y mis pocas ganas de caer en desesperanza, mejor me ocupo de lo que me gustó y de lo que agradezco con creces; y para ambientar, dejo por acá algunas imágenes que cuentan algo de lo vivido y sentido en estos meses que llegan a su fin. En 2018 tuvimos la experiencia de descubrir nuevos lugares en familia y nos encantó. Entre la sorpresa y la emoción, comenzamos el año con unos fabulosos días en el sur del continente. Definitivamente, la fascinación por estar cerca de la naturaleza es invaluable. La calma que sentimos y las sensaciones frente a aquellos paisajes patagónicos se han convertido en i

Tardamos este año en hacer nuestro recorrido habitual por el páramo, pero lo logramos y lo disfrutamos.  Bajo un caluroso día decembrino, emprendimos nuestro andar. Cada paso más increíble que el anterior. Uno tras otro, entre ramas, revivimos muchos instantes mágicos en este lugar que llevamos en el corazón. 

Un martes sin nubes, tibio, tranquilo, típico de diciembre.  Perfecto para disfrutar al aire libre. Estrenando regalitos y jugando, hicimos una pausa en el movimiento intenso de fin de año. 

Y en nuestra navidad... Esa sensación de total ilusión que invade los corazones infantiles al ver un montón de paquetes adornando el árbol, se transformó en una espontánea y divertida repartición de regalos a cargo del peque. Con su gracia y originalidad, asumió el papel de Papá Noel y nos entretuvo largo rato. Desde chocolates hasta pintas enteras, en esta ocasión tuvimos regalos para todos los gustos, muy dadivosos y creativos estuvieron este año Santa, el Niño Dios y los Reyes. Por lo demás, disfrutamos lo usual en la cena y ambientamos el acontecimiento con los villancicos desafinados de siempre y algunas copas. Con anticipación, terminamos nuestra noche buena, contentos, agradecidos y en familia.