Escapada de viernes
En un día, a la velocidad del rayo, con entusiasmo anduvimos, recorrimos y disfrutamos.
Llegamos a Nobsa para saborear un café durante la mañana. Aprovechamos el calor de la jornada para ver artesanías y compartir camino con perros amigos,
dueños y señores de las calles del pueblo. Al medio día, partimos a Tibasosa para un sabroso almuerzo
casero y para tomar otro cafecito de sobremesa, con vista a la plaza. El ambiente silencioso del lugar, que
parece entrar en un estado de inactividad y reposo absoluto a esa hora del día, y las fachadas pintadas, fueron la novedad del recorrido. Así fue, un paseo breve. Reconfortante. Un final de
semana visitando a los tíos y jugando cartas. Entre risas y pequeñas victorias
dimos la bienvenida a febrero.