Mientras tanto

Completé una semana de reposo, terminé noviembre en calma, recuperándome, con ganas de estar bien.  Poco a poco lo voy logrando.  Y sí, a veces el cuerpo duele, es frágil y vulnerable, pero se hace lo que se puede, se recibe el cariño de muchos y todo el amor de la familia y se sana rápido.

En realidad, el NO movimiento de estos días ha sido solo aparente, porque intentando que el dolor desapareciera y la incomodidad se fuera, imaginé, inventé lugares, gente, sensaciones, recordé los colores de las flores, y por supuesto la risa de mi hijo, y pasó. Pasará.  Tuve además tiempo para ver series y reírme de bobadas, nada muy complicado ni dramático, series ligeras que cumplieron su propósito y me entretuvieron, ni siquiera me esforcé en leer, no quería sostener nada, no importó, así quería que fuera.


Diciembre siempre trae felicidad, no quiero que este año sea diferente, estaré quieta aún, seguiremos en emergencia, pero, así y todo, estoy decidida a disfrutarlo.




Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―