Último ascenso del año

Seguimos caminando por acá, sumando pasos a nuestros kilómetros dominicales, hasta hoy no más, claro está.  En lo que queda del año otro rumbo tomaré, pero lo que ha sido, lo que he disfrutado este páramo, lo que ha significado subir últimamente, se quedará conmigo como una sensación inolvidable. Creo que el ascenso se convirtió en mi mejor plan pandémico.  Me puse a prueba y la superé con amplio margen, lo logré y me encantó.  Recuperé el hierro y construí la mejor terapia de oxigenación posible.   


Adentrarme por los senderos paramunos hasta alcanzar la tranquilidad total ha sido de lo mejor de este año extraño, perderme para disfrutar después el placer de llegar a alguna parte exuberante, ha valido cada paso. Además, la perspectiva que da el precipicio ha impedido que me pierda en mi propia pequeñez, que tome distancia y que reafirme que lo importante es lo que tengo conmigo, y bueno, como soy una mujer con suerte confío en que todo seguirá bien.






Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―