Amaneció nublado

Así se mantuvo el día, un tanto gris y frío, pero estuvo encantador.  El desayuno de madrugada, en penumbra iluminada por lucecitas y velas, estuvo delicioso; el ascenso en compañía fue diferente, alegre y esforzado, pero valió la pena; el almuerzo con tacos colombianizados y tortas calóricas me encantó; y bueno, las flores, los buenos deseos y los bonitos regalos, hicieron de mi cumple pandémico, uno muy especial.


Por la mañana, bajo la neblina densa casi coronamos el páramo.  Como de regalo, las nubes llegaron, saludaron, bailaron, dieron vuelta, se fueron, volvieron y así, me gusta ese transcurrir. Me fascina estar entre ellas y enfriarme un tanto con el aire paramuno. Y en la tarde pasé un rato relajando el cuerpo en medio de aceites y aromas de bosque, así anduvo el día, natural, celebrado en la distancia con muchos afectos que conservo como lo más valioso que me ha dado la vida.








Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―