Noviembre está siendo frío y tormentoso

 Algo de lo que ha estado ocurriendo en nuestra vida últimamente.

Los días han estado entre blanco, gris y verde, pero también ha salido un poco de sol. No tenemos estaciones por acá, pero noviembre ha tenido días primaverales, horas veraniegas, instantes otoñales y semanas de intenso invierno. Algunos días han estado silenciosos y aletargados también, como si todos fueran domingo. Me gusta como se siente el campo en este entorno invernal, fresco, lleno de vida y humedad a montones; además, de vez en cuando un poco de sol dorado ilumina la mañana y algunas sombras azules le dan un toque de color al día.

Disfrutamos la sencillez que huele a campo, a pino y a eucalipto, a ricas preparaciones a la parrilla o al horno, también disfrutamos no hacer mucho cuando el trabajo lo permite, estar y ya.  Nos falta la familia, los amigos cercanos y las salidas por ahí a ver otros mundos y otras caras, pero aprovechamos nuestra compañía y el calor de hogar que es lo que tenemos ahora. Nos gusta.

Caminar por el páramo con el viento frío en la cara bajo un cielo inmenso ha sido mi mejor plan desde que en septiembre acabó el toque de queda de los fines de semana.  He innovado en las rutas, Pancho las descubre en bici y después las replico cual senderista experta, incluso a veces, por instantes, pierdo todo contacto con la civilización y se siente bien. Ver a lo lejos empieza a convertirse en mi privilegio, busco un horizonte diferente en cada recorrido, me exijo cada vez más, los caminos se empinan, me cuesta, pero respiro y pienso que ya casi lo logro y que soy afortunada… y bueno, también es que cada vez disminuye el esfuerzo porque los niveles de hierro han empezado a subir y se nota el cambio.

Este finde extendido tuve la suerte de ir de ascenso con el peque. En su compañía es infinitamente más divertido el camino. Parte de él hace mi vida extraordinaria, sin duda. Se queja, claro, le cuesta, pero su risa franca y contagiosa por cualquier "particularidad" me alegra un montón. Vamos en constante juego o pelea, dependiendo de quién lo vea, jajaja. La tarde del sábado tuvimos caravana de tractores reguetoneros, siete ruidosos vehículos bajando del cerro y bueno, fue el suceso del día y hoy, tres perros que parecían venir de otra dimensión le pusieron el toque al recorrido.

Y por acá seguimos con muchos territorios aún sin explorar, no quisiera tener que hacer pausa.


















Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―