En desorden

Paso de noches en vela a noches en las que caigo inconsciente. Me muevo entre sueños fantásticos y coloridos y pesadillas oscuras que generan verdadero terror.


Siento que empieza a acabarse el año y el mundo enloquece, lo quieren todo para ya, de inmediato, siempre algo que hacer, una presentación, un plan, un correo, teams... El mundo se acaba si no, y pues no, ¡¡no hay manera!!


Estoy un poco cansada y creo que lo mío es la vida pausada, con tiempo para caminar, contemplar, leer y conversar.


Avanza el tiempo y lo noto porque mi chiqui crece. Creció. Es ahora mi joven inmenso de metro cincuenta. Está creando su mundo y por ahora hay poco espacio y tiempo para mí. Sigo viéndolo y cuidándolo muy de cerca. Intento que no lo note mucho, sin éxito.  


Me convenzo a veces y trato de guardar la compostura, pero resulto casi siempre haciendo un poco de catarsis, diciendo quizá más de los esperado.


Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―