Domingo cumpleañero
Desde que comenzó el mes estoy en modo cumpleañero. Son cuarenta y tantos, parecen muchos, pero en realidad no lo son, solo los justos, los que han merecido la pena, los de la preparación para lo que viene, que avanzará, espero y confío, por buen camino. Creo que el recorrido ha sido bonito... con vida plena, aunque no siempre cuerda. Sencilla, pero interesante, divertida a veces, emocionante otras, tranquila y serena casi siempre.
Y sí,
aquí estoy. Feliz e ilusionada. Lista para lo que venga. Ahora con 45 me invade
una inmensa gratitud por lo vivido. Estoy, sigo estando y además de estar,
estoy bien, en buena compañía. Es bonito cumplir y celebrar, es bonito estar
feliz desde el despertar, es bonito sentirse afortunada y querida, rodeada de
mi familia, mi mayor certeza, lo que amo con profundidad y a lo que me aferro
siempre.
Y bueno, como es sabido ya, me gusta estar de
cumple, celebrar mi paso por el mundo... comer torta, soplar velas, no hacer
caso del tiempo y sonreír. Somos fugaces, pero mientras estemos por aquí
podemos festejar.