Sobre la marcha
Anoche un cielo estrellado y hoy un amanecer
despejado, qué mejor!
A veces se vale desviarse de la
ruta... en realidad, siempre se puede.
Con esto en mente, tomé otro rumbo, me fui por uno de los hermosos
caminos del vecindario, que, entre paréntesis, está siempre solitario y silencioso.
El aire de la mañana estaba muy fresco y el ascenso, aunque pedregoso, sin complicaciones. Igual fue necesario ajustar el ritmo y profundizar un tanto la respiración porque en semana debe ser breve y efectivo, para arrancar con entusiasmo, pero a tiempo.