Cotidianidad pandémica

Hemos compartido varias copas y muchas sobremesas en largas conversaciones sencillas sobre nuestra rutina campestre. Hemos dormido hasta que el cuerpo ha dicho basta, y también hemos disfrutado las delicias de la comida casera, cosas muy ricas y otras que pueden mejorar. Hemos disfrutado el tiempo de las flores y el aroma de las plantas, soportado el frío y agradecido inmensamente los días de sol. Ha sido tiempo de un sinfín de sensaciones, sin prisas ni agobios.





Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―