Festivo
El
tiempo que transcurre despacio. El sonido de los pájaros. Sentarnos a la mesa
con un rico y colorido desayuno. Quedarme entre las cobijas leyendo. Caminar
solo un poco por el jardín. Disfrutar del silencio. La tibieza del ambiente al
mediodía. Celebrar la quietud. Nos
quedamos en la terraza y nos dejamos abrazar del viento. Recogí pétalos y empecé
la labor de prensado, veré en un par de semanas qué resulta del proceso
creativo. Brindamos con lambrusco heladito bajo un intenso sol sabanero.
Estuvimos
felices sin esperar nada, eternizar instantes, tal vez. Y sí. Sin perder la
perspectiva de lo que es auténtico y lo que no lo es, pensando solo en el
ahora, pero irremediablemente terminando año, porque llegados a este punto, en
breve estaremos de villancicos, comiendo buñuelos y natilla.