Esto es para siempre

Todo comenzó allá por 1994 en las cómodas* sillas de un auditorio llamado Felix Restrepo en plena séptima. Desde ahí, cada semana tenía uno o varios días reservados para las reuniones de estudio donde sueños, dudas, aventuras y celebraciones, ganaban protagonismo frente a lecturas, quices y ejercicios. El registro de las cosas que pasaron desde ese entonces hasta 1999 se resume en alegrías, sensaciones momentáneas de éxito o de fracaso, cansancio, conversaciones frívolas e intelectuales, días eternos pensando, estudiando, cuestionándonos, días intensos y rápidos de energía incontenible, otros en medio de la quietud y la pereza. Tomamos el sol en la playita, estudiamos en la cafetería, poco visitamos la biblioteca y así diez semestres pasaron entre risas, clases, parciales y muchas fiestas.... Después de aquello, por fin, en desorden, de a poco, nos graduamos.

Comenzamos siglo y con él cada uno tomó su rumbo. La vida empezó a parecernos un asunto más serio y el día a día de la existencia adulta nos quitó tiempo. Además cambiamos, nos fuimos, volvimos, nos multiplicamos, en fin, pero aun así los caminos se cruzan de cuando en vez. Los planes de ahora no son lo que fueron, sobre todo por su escasa frecuencia, pero cuando nos encontramos revive algo del ayer.

Y así, con la excusa de una celebración cumpleañera, una más en el agitado calendario de noviembre, nos encontramos a comer, brindar y celebrar, qué mejor! En el ayer quedaron los bailes y las coreografías, las estudiadas hasta tarde y alguna escapada a ver estrellas, pero sin duda permanecen las risas, el cariño y la complicidad de aquellos años de tantos aprendizajes. Bueno, y ahora que nos hacemos viejos, no mucho, claro, todavía nos resulta perfecto aparentar juventud, espero que la vida, que es tan pasajera, nos siga sonriendo con calidez y nos deje disfrutar juntos tanto más. ¡Que se repita siempre porque los quiero un montón!

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*Quizá no lo eran tanto... pero imaginemos que sí.




 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―