Quién diría, quién diría
En completa sincronía con la naturaleza di un vigoroso paseo en una mañana de sábado bañada por el sol. Sin importar la falta de sueño de la noche del viernes, después de solo cuatro horas de descanso y un desayuno multivitamínico, partí al cerro. Necesitaba aire fresco y un poco de ejercicio para contrarrestar los excesos de la semana. No llegué a las antenas, me faltaron casi 5 Km. Tomé otra ruta, una de suaves hondonadas donde encontré un par de bosques en los que me sentí una intrépida exploradora. Con un sándwich club nivel 5 estrellas y una tarde de relajo viendo series y durmiendo de tanto en tanto, se nos escapó él día.