Floral y silvestre

Fotitos de Cascais, un bonito pueblo de playa y de veraneo cerca de Lisboa.  Con frío también tiene encanto.  Caminamos, vimos varias galerías, fuimos a la boca del diablo, comimos paleta, hicimos stop largo en la costa portuguesa para ver gaviotas y sentir el oleaje atlántico.

El pueblo tiene un casco histórico lindo y varios restaurantes y cafés.  Escogimos mal el almuerzo, en busca del pollo portugués nos encontramos con un feo frango piri piri que no era lo que esperábamos, además fue un menú caro y tal vez el que menos felices nos hizo en todo el paseo. Pero fue un detalle nada más.  Regresamos con parada en Estoril que también nos gustó, pasear por la costanera siempre nos parece buen plan y fue una caminata breve y serena al caer la tarde.



















 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―