Lo que viene siendo la mañana
Oigo a los caballos, están cerca, también al viento,
sopla fuerte, mueve los árboles de lado a lado, anuncia su llegada, a veces
sutil. Los pájaros dejaron de cantar, pero están volando alborotados. Las nubes
se mueven de acá para allá, se desvanecen, y el cielo sigue muy, muy azul.
Estoy tomando una copa de vino blanco muy frío y siento el sol ardiendo en mis
piernas. Me gusta la sensación.
Pienso. Me enredo en asuntos, unos frívolos y otros profundos. De uno a otro paso sin mayor concentración. Vuelvo a aquello que he olvidado, y viajo al futuro, imagino instantes y los disfruto, recuerdo historias ajenas. Me gusta la inmensidad, por eso los cerros y la cima… darme cuenta de lo ínfima que soy y lo mucho que siento.