Huellas de la semana
Esta semana Bogotá, el país entero quizá, volvió a su
drama climático. Cielo encapotado, agua por doquier, de nuevo los charcos. Estuvimos
rodeados de tonalidades oscuras y frías, sin embargo, algún rayo se filtró por
ahí y ese, preciso ese, sacó brillo. En breve tendremos nuevamente verdes
campos infinitos y espero que no tan inundados.
Llega ya el finde y para ambientarme, después de una
caminata de 14 kilómetros, empecé el viernes de verdad, con deliciosos aceites
aromáticos, dispuesta a entregarme sin resistencia al descanso y a la
relajación que se acerca con el próximo festivo. No me pude saltar la jornada
laboral. Una reunión aburrida, correos varios, noticias, distracciones,
reportes, sin un espacio, sin aliento, sin sentir, sin respirar, así la mañana.
Después todo se tranquilizó... espero que no haya novedades en lo que queda del
día, solo se reciben buenas noticias.
***
La caminata por los barrios de siempre, con paso ligero para retomar un poco de ejercicio mañanero
La reunión... pff no logré exponer mi punto con
claridad y quedé como la loca incomprendida. Pero en breve eliminé la sensación
de derrota, porque si hay algo que hacer, pues se hace.