Fuimos felices

Del mundo onírico e irracional de la noche de ayer, de eso inconcebible, surrealista, disparatado y delirante que invadió mi sueño a la atención plena tomando el primer café del día. Me levanté a saborear cada sorbo para empezar un sábado despejado, de paseo. 

Encontrar sentido a la vida cuando salimos de la rutina se nos da fácil. Nos divertimos, damos un poco la espalda a aquello que agobia y aprovechamos cada instante juntos. La jornada anduvo de maravilla, el clima estuvo perfecto, suave con un ambiente primaveral. Descubrimos nuevos lugares en un destino visitado muchas veces, caminamos en medio de una quebrada, nos reímos sin filtro de tonterías varias. Almorzamos súper rico y nos instalamos en un hotel en medio de la nada. Los árboles con sus hojas en movimiento, libres al compás del viento, amenizaron la tarde de descanso. Un rato por completo sanador y calmante. Y ahora, después de un par de copas, seguiremos en pausa, buscaremos alguna estrella en medio de la brisa fresca. 














Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―