Más palabrerío
Repasando asuntos de los últimos días, en orden
alfabético.
Ascender.
Un rato caminando bajo el sol de la mañana, por una ruta solitaria. Inexistente
presencia humana. Apenas podía ver las rocas del camino y escuchaba una que
otra vez el agua correr por los lados.
Azar.
A veces pienso en la extraña secuencia de sucesos que me han traído hasta acá.
Un millón de instantes de decisión desde pequeña, muchos aparentemente
intrascendentes, pero cualquiera de esos, un solo segundo y todo podría ser
completamente diferente.
Esencia.
Ninguna. A veces pasa que los informes y reportes, en el fondo, no dicen nada,
no agregan nada, no sirven para nada.
Indispensable.
Una mínima dosis de ingenio y sentido común.
Lengua. El chileno es otra dimensión del español, una más entretenida, con palabras cariñosas, expresiones graciosas y garabatos grotescos. Lo hablamos en casa, a veces.
Metal. Ruido, conversaciones, pesadez, risas y neurosis. Un género musical que me aturde, pero que ha derivado los más profundos análisis de un adolescente irreverente que encuentra cualquier excusa para poner de manifiesto mi pobre conocimiento armónico y melódico.
Miedo.
Me da un tanto de temor aquello que imagino en las noches de insomnio, porque
todo lo que puede pasar, pasa, a alguien, alguna vez. Hay tantas realidades
indeseables.
Reencuentro.
Almuerzo familiar con parrilla y jardín, bajo un intenso sol de domingo
sabanero.
Sensación.
Y pues sí, percibo que el futuro está llegando antes de lo esperado. Está acá y
es desafiante. Se asoma otro año.
Soberbia.
Me inquieta el aire de suficiencia de algunos con quienes comparto espacio,
ocasionalmente me divierten por el exceso de tontería, pero generalmente me
aburren, y cuando no puedo escapar, soy incapaz de hacer otra cosa que quedarme
allí y mirar.
Transeúntes.
Los veo como protagonistas del panorama urbano, entre las calles, el tumulto…
tantos dolores, demonios, alegrías e impulsos deambulando cerca.
Único.
Otras veces pienso que estar atrapada en un solo cuerpo, habitar un solo un
lugar, es aburrido, quizá por eso acudo a mi imaginación o a los libros... así,
en la vida cotidiana, me siento en una búsqueda de aventura y lo mejor es que
la encuentro.
Así se fue otra semana, aunque son solo pequeños atisbos de lo que ocurre; los días que pasan pueden no ser perfectos, aunque de alguna manera sí lo son.