Noche Buena
Simplicidad sin pretensiones. Así, una Navidad con villancicos, modernos y tradicionales, con buñuelo de panadería de aperitivo, con copas de un vino espumante de no muy exquisita cepa, con risas, bonitos regalos, fotos divertidas y desenfocadas, brindis y abrazos. Así, otra vez la esencia de la Navidad queda en la memoria, como cada año. No es más que la suma de esos buenos momentos vividos en familia, pero qué más que eso. Sin tanto brillo, sin excesos, nosotros disfrutándonos, esta vez con lasagna y trufas de chocolate. Unos cuantos instantes sencillos, de esos que reconfortan y traen alegría.