Apuntes navideños
En la semana que pasó, en tiempo de novenas, anduvimos en plan cálido y rural. Fueron unos días lindos, dedicados a disfrutar el placer de estar juntos. Me gusta capturar el discurrir del tiempo, mi memoria atrapa algunas cosas, mis fotos otras, las palabras unas cuantas más y así, en suma, de a poco, este espacio conjuga imágenes de diferentes épocas y me gusta. El tiempo nos ha pasado a todos, se nota, pero en quien más lo vemos es en el joven que en un abrir y cerrar de ojos nos ha sorprendido, no nos deja de sorprender...
Ah sí, me fui por las ramas….a lo que venía, a dejar por acá un tanto de esos días pasajeros.
Emociones de domingo
El
primer día de relajo. Todo bonito. Desayuno en calma. Pájaros cantantes.
Árboles en producción. Partido intenso. Superada la indiferencia futbolística
del hogar con la final de la copa. Resultados mundialistas sorprendentes.
Triunfo esperado por unos. Almuerzo delicioso en una terraza con bonita vista.
Café sabroso. Tarde cálida. Al principio fue todo alegría y después también. Un
día infalible.
Caluroso
lunes
El
ritmo de la semana comenzó...la cadencia de los días de novena sin villancicos
empezó a imponerse con jornadas laborales pausadas, conversaciones a media
mañana, almuerzo típico con vistas cafeteras, sobremesa ejercitada… es
diciembre que se transita de manera muy particular.
Martes
más caluroso
Una
especie de sonido de fondo ambientaba el campo lleno de pájaros. Concentrarnos
en su vuelo fue parte del habitual plan de la mañana, descubrir los cardenales,
los pericos y ver comer las tórtolas también. Tuvimos tarde de malteada en el
Tambo. Vimos luces desde lo alto y terminamos con breve maratón de breaking
bad... que tampoco deja de sorprender.
Miércoles
de solsticio
Mitad
de semana con mucho sol y trabajo, con algunas escapadas a media mañana y otro
atardecer desde el Tambo... Esta vez sin malteada, solo vista de cielo rosa y
entretención con otros muchos que tomaban y se tomaban fotos. Cuántas capturas
de ese atardecer de comienzo de verano.
Jueves
con calorcito
Potentes
rayos de sol comenzando el día. Mañana intensa de trabajo y tarde relajada que
empezó con almuerzo en un mirador muy entretenido, con un menú delicioso, buena
atención y un poco menos de calor. Vueltas varias por la city y final del día
desde otro mirador, con luces navideñas y atardecer espectacular en el que
tuvimos que escapar de la música de todos los géneros y a todo volumen, inconvenientes
y fealdades de los turistas en masa o del pueblo en diciembre. Lo peor, no
logramos huir del ruido. Llegamos a la casa y teníamos una novena escandalosa
en la vecindad, una que estuvo viva hasta el amanecer.
Viernes
yogui
Se
terminó la jornada laboral al mediodía y partimos a la city en busca de
aventura... pero además de unos cuantos trancones, no encontramos mucho, los
parques estaban cerrados y. obligados, cambiamos de destino. Encontramos un
lugar de retiro budista o algo así, un sitio de yoga y ayurveda, con lindas
plantas, flores coloridas y vista insuperable. Allá estuvimos casi toda la
tarde hasta que empezó a caer el sol y nos fuimos de nuevo al Tambo, como para
mantener la tradición de la semana. Desde allá vimos otra vez la puesta de sol.
Sábado
de parque
Desde
temprano anduvimos entre el verde, primero en el Bosque Popular y después en
Alcázares Arenillo. Los dos opuestos, los dos entretenidos. En uno pasear entre
prados perfectamente cuidados, bajo un cielo maravilloso, absolutamente
despejado; en el otro caminar en un ambiente biodiverso, entre arbustos
silvestres, en busca de pájaros mientras las nubes cruzaban el cielo e iban
matizando su color... y las aves, bueno, un montón, todas, según nos dijeron,
fácilmente se veían, pero.... nosotros no encontramos ni el más común de los
copetones.
Así,
ajenos a las contingencias del mundo, anduvimos toda la semana. La última tarde
la pasamos en remojo, conversando y riéndonos de esto y aquello, así hasta que
llegó la hora de prepararnos para la Noche Buena.