En modo cinco estrellas

Pese a haber trabajado, estos días han estado tranquilos. Todo disminuyó considerablemente, correos, llamadas, chats…. Han sido jornadas en calma. Hay mucha gente de vacaciones y la que no, parece estar en otra… Desde novenas la carga disminuye, todos están en modo fiestas y después de Navidad, todo lo quieren dejar para el año siguiente, las urgencias dejan de serlo tanto. Esta semana de cierre de año en el campo, además de tener poco trabajo y ser la víspera de mi entrada en cesantía anual, ha estado azul, calurosa, con suave brisa y silencio. Una semana con mucho encanto.

Hemos estado en el pueblo, alejados de librerías, museos, tiendas… en medio del verde y de una multitud de gente con la cara sonriente... con sol y ambiente veraniego, grupos o familias de aquí para allá arremolinados en el puesto de arepas, en los cafés, o cerca de las panaderías …. Se siente diciembre y también se sienten las vacaciones de muchos. Además, estos días el campo parece estar en flor, caen las hojas de algunos árboles y el intenso olor a tierra húmeda ha dado paso a un aroma más dulzón.

Las caminatas han estado cortas y lentas… no he superado los 10 km diarios porque me invade la sensación de fatiga antes de tiempo, creo que la inmovilidad de la semana pasada y el ligero resfriado dejaron secuela. Bueno, también es que el placer de levantarse a tomar café, desayunar y volver a la cama a leer sin nada más importante que hacer a primera hora de la mañana ha sido una sensación estupenda, por eso la caminata para después, por eso la improductividad de los pasos. Pero ya… volveré a ser la de siempre, seré trabajadora, fuerte, valiente y resolveré lo que venga, pero todavía no… el año entrante.







Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―