Tarde al sol

Sentir de nuevo el aire tibio, disfrutar una tarde en compañía, respirar profundo en medio del verde intenso y por fin bajo un azul brillante. Así el domingo.

La vida es sólo lo que es y a veces resplandece, así que aprovechamos para estrenar terraza y celebrar la belleza natural, en su forma más sencilla y auténtica. Unas cuantas copas, algunos saltos y muchas risas hicieron de este día uno más para el recuerdo.











Es extraño verlos crecer. Sé cómo es el asunto, claro, pero los veo ahora, tan mayores, inevitable pensar en lo rápido que ha pasado todo. Antes nos necesitaban, ahora también, pero lejos. Necesitan más su aire y su espacio.  Aunque hoy… hoy nos dejamos llevar y jugamos como si no hubiera mañana.



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Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―