Tarde guajira

El impulso caribeño de la semana pasada nos alcanzó para llegar a la Guajira, cerca claro, comenzando el departamento nada más.  Una tarde nos escapamos a Palomino, a ver sus playas y “a hacer olas” en su mar. Estuvo lindo. Llegamos a la playa cuando todos se iban, afortunados estuvimos porque compartimos arena con pocos y nos salvamos del ruido. El agua es más azul que en Santa Marta y la marea tiene algo más de fuerza… casi como para surfear, creo, desde la ignorancia misma.  Además de la vista encantadora encontramos piedras que lanzar a lo lejos, o no tanto, pero lanzar al fin… y como siempre, aseguramos entretención.

El recorrido fue bastante llamativo, selva tropical y costa con mar a la vista durante un buen tiempo.  Muchos ríos caudalosos y gente de descanso por ahí. Nos gustó. El camino completo y los múltiples destinos que hay por allí deben ser muy atractivos, algún día quizá nos animemos, cuando podamos ir por nuestra cuenta a aventurarnos o cuando nos deje de incomodar ir en plan contratado.

El regreso fue un poco caótico, congestión de viernes, desorden, motos por un lado y otro, peatones en el medio, autos atravesándose sin direccional y, además, nos pasamos del retorno para ingresar al hotel, total, varios kilómetros extra, pero cero grave. Aunque el paseo estuvo corto, creo que valió la pena.






 

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