Instantes mágicos

El tren de pensamientos cuando amanece... Un café fuerte para empezar la mañana helada. Hace un frío tremendo. Los primeros movimientos del pueblo se sienten aún tímidos. Ver el amanecer desde balcón cuando la luz todavía es tenue me produce emoción.  Siento que todo es posible. Sin embargo, todo está cambiando siempre. 

En el ambiente frío y gris que se instala casi a diario surge el potencial de la luz… el brillo de un sol que aun cuando no es muy duradero, entibiece el aire. Amanece y los límites se  desvanecen, es algo confuso. Antes de perderme en ideas difusas, me concentro en el café, es otra manera de meditar, la mía para empezar el día, a la que le sigue el recorrido para conectar con mi esencia antes de sentarme a trabajar.



Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―