Aire fresco
La caminata de hoy estuvo acompañada de un pálido
sol y nubes corriendo que invadieron el escenario y ambientaron la jornada con
una pasajera, pero intensa lluvia. El agua ya no tiene donde más caer,
pero encuentra camino y baja de la montaña acelerada, se abre paso y deja no
solo su sonido, sino que también altera las fragancias del bosque. La
energía de estos días invernales rezuma humedad y aunque nos ilusionamos con el
sol de ayer, parece que fue solo un veranito de domingo y que los días de
lluvia permanecerán como en los últimos meses. Sin embargo, pese a que mojé
como últimamente hago siempre que salgo de paseo, hoy me gustó ver el horizonte
con un gris oscuro de la tormenta lejana, la misma que después aterrizó por
estos lados.
No me quejo, no, para nada, aprendimos a remediar
las carencias de sol con algunas delicias que encontramos en el café del pueblo
y a pasar las tardes con chimenea prendida.