Más na’

Días de mar. Días llenos de amor y sol. La buena vida estuvo presente en una semana cálida y tranquila. No todo fue descanso, los vericuetos laborales lo impidieron, pero los ratos en la playa, el tiempo en el agua, las sobremesas extendidas y los desayunos coloridos, hicieron de esta un sencilla y alegre pausa que nos revitalizó.

No solo fue estar bajo el sol, también fue recorrer parte de este país que lo tiene todo, mucho de desorden y pobreza, pero también un montón de escenarios preciosos y mucha gente amable. Siempre habrá días bonitos, siempre. 


















 

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―denota negación―