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Mostrando entradas de junio, 2024

Aires del mes que se fue

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Junio se me hizo laaargo, pero se fue en un suspiro. Empecé el mes escapando de las olas, siguieron días de silencio y montañas con la brisa corriendo libre. También días de dudas y confusión. De celebraciones, paseos, ascensos y encuentros. Me reí y me entristecí. Acompañé adioses definitivos. Intenté que mi mente descansara, pero todavía me pregunto si resultó. Tuve una y varias caminatas interminables, también una y más conexiones absurdas en mi cabeza. Cada día sucedió algo diferente, el verde sigue vivo y se transforma más rápido que yo. Puse a prueba mi paciencia. Casi no pasa la prueba. No todo lo planeado salió como esperaba, casi me rindo, pero los asuntos pendientes mejoraron repentinamente. No hay nada de malo en eso, las cosas vienen así, como ellas quieren. En el fondo nunca creo que acabe sucediendo lo peor, y, por el contrario, creo en la fuerza del deseo. Soy pragmática. Al final parece que soy muy optimista también, así que esperaré de nuevo el sol, como siempre. Quier...

Entre pasos y palabras

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Avanzo lento casi siempre, aunque agilizo, mis piernas cortas no me dejan mover lo que quisiera, pero me muevo tanto o más. Mezclo palabras, invento otras, uno letras, armo frases, sé que todavía está todo por inventar, pero ya está todo dicho. Me siento de paso también, pero me imagino eterna mientras tanto. En el vacío total creo cosas extrañas, cosas vacías. Llegan sin que las invite. No avisan. Entran con descaro. En ocasiones soy yo la que entra sin que me inviten, no sé a dónde, pero entro con mis palabras antes de que se me escapen. Sin plan, con el impulso puro de mis pasos, trato de llegar al lugar que quiero, no sé cuál es, pero me acerco a veces. Descubro nuevas palabras, ciertas lecturas arrojan dudas, las resuelvo. La velocidad modifica mis gustos en la ruta, me detengo, respiro. Es poesía. Es alegría que se contagia. En cambio, la demora en los semáforos arruina el ritmo, hay que retomar, me aguanto. Descanso. Llegan, en el instante cotidiano, en el del paso lento, pequeñ...

Todo esto comienza a suceder

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Primeros días. Después de mi laboriosa y grata experiencia en otros lados, confirmo que comenzar exige siempre un cierto esfuerzo, implica cierta dificultad. Una primera y rápida imagen mental, una sensación totalmente opuesta al trabajo ágil y productivo, avanzando un poco a ciegas, buscando alcanzar la soltura en medio de tantos procesos sujetos a interpretación y aplicación. Intento, sin embargo, no confiar en esa impresión general, me concentro en los detalles. La vida me ha puesto en otras tareas. Sería tanto más feliz si en lugar del paso a paso me pudiera sumergir de lleno, pero no, todo a su tiempo me digo, pero cuál es ese tiempo, no sé. Sigo aún en eso de conocer, preguntar, dudar... aprendiendo, sin esquivar los sucesivos retos, pero sin tampoco detenerme demasiado en los problemas que, después de darles alguna vuelta, no tengo idea cómo solucionar. Me he propuesto disfrutar el placer de adquirir nuevos conocimientos y del contacto con un nuevo equipo de trabajo. Me he tomad...

Ambiente lluvioso

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De cuando soñé que me costaba elevarme sujeta a una larga cuerda elástica que me subía lo equivalente a dos o tres pisos. De cuando intenté poner en palabras la sensación de estar a salvo después de llegar al punto esperado con mucho esfuerzo. De cuando me doy cuenta de que soy mucho más que trabajar, que eso es lo más limitado de mí, aunque lo hago muy bien. De cuando reduzco mi realidad a las cosas del jardín, al verde multicolor, a las nubes densas, al cielo limpio.  De cuando me lleno de razones para no decir muchas cosas. De cuando a pesar de las razones lo digo todo. De cuando me concentro en la música y en las canciones que me dicen algo parecido a lo que pienso. De cuando encuentro libros que me hablan y están cerca del sentimiento. De cuando disfruto un momento de café que se convierte en epifanía. De cuando alcanzo el ritmo preciso que me alegra la vida o me amarga la existencia según la precisión. De cuando la emoción contenida encuentra camino y se abre paso. De cuando ...

En segundos

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Escribo. Busco argumento inteligente. Pienso. Requiero decisión sólida. Rescato palabras para mí. Para nadie, para todos. Escribo porque sí y porque no. Busco esto y aquello también, todo o nada tal vez. Pruebo una ruta, la otra, regreso. No hay por dónde. Me quedo. Pruebo algo nuevo, sabe bien, sabe mal, no sabe a nada. Sensación amarga. Dulce. Encuentro un lugar y otro más allá, a donde quiero ir y evito llegar. Me equivoco y acierto, gano también, no quiero perder. Pierdo. Llega el reposo, el silencio. Aparece una imagen frágil, fugaz, la enfoco, sigue borrosa. Se escapa. Sueño, me encuentro, te encuentro. Despierto. Borro.

A punto de retomar el ritmo frenético

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Despertar de nuevo con alarma. Arreglarme y desayunar con brevedad. Tomar unos minutos para decidir ruta y forma de irme. Elegir la más larga, escoger podcast para el camino. Disfrutar del sol pálido que no impide mi caminar activo, alegrarme de la ausencia de lluvia en la mañana. Llegar a tiempo, arreglarme de nuevo y comenzar la labor. * * * No logro dejar de combinarlo todo, por eso mis sueños son la suma alterada de todo cuanto veo, oigo, siento y pienso. Días y noches se vuelven mezcla multicolor que se confunde con pensar mucho y querer más.  Ansío días divertidos, de aprendizaje, de darlo todo sin agobiarme demasiado. Inquietud y ganas de que todo salga bien… como un lunes cualquiera. * * *   Pero es un día especial, no un lunes cualquiera. Celebramos el coincidir, encontrarnos, decidir, caminar, reírnos. Así, la suma de caricias, experiencias, cuidados y mucho amor combinado con olor a pan recién hecho. Me quedo con las largas conversaciones de sobremesa sobre es...

No estás

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Un día, no sé muy bien dónde, la encontré sola, con la mirada perdida. En busca de algo en el horizonte, me contó que, si te pudiera hablar, te diría cuánto extraña en sus días tu sonrisa, tus sonidos, y esa mirada cálida que siempre le gustó. Si pudiera tenerte cerca, te susurraría la falta que le hace tu dulzura, que le ronda la cabeza una escapada, que quiere de vuelta la poesía que imprimías a su vida. Si estuvieras a su lado, no se sentiría tan frágil a merced de la tormenta, sería abrazo, sería amor. No sabe que te tengo cerca y solo busco alejarme para encontrar sentido a algo, que no eres aquel ser, que todo se transformó, que me distraes de lo importante, que todo lo bueno se acaba y que espero que lo otro también.

Encuentro estelar

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Nos pusimos cita y nos reencontramos, en nuestro deambular por un tema y otro, nos alejamos de la inteligencia artificial y las redes sociales, o nos acercamos solo por los márgenes, porque nos estamos haciendo mayores, no hay duda. Las pensiones y nuestras intenciones de proyectarnos con mucha precisión, para evitar recorridos vitales agitados, protagonizaron por un rato. Con delicias sorprendentes y cuidadosamente preparadas compartimos tapas y copas, para un buen beber y un mejor comer. Y así, entre una cosa y la otra, brujas, energías, péndulos, constelaciones y demás asuntos enigmáticos, lo pasamos muy bien y tuvimos instante para eternizar el momento con una imagen antes de partir.

Día fundamental

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De momento estoy tolerando super bien la burocracia, he decidido desarrollar un súper poder para que nada impida que me adapte suavemente y altere mi sensación de paz. Incluso, me hace muy feliz verles a todos en su papel importantísimo. Permanezco en mi sitio, sentada desde hace casi un par de horas, atenta, tan tranquila como monje zen. Actualización: Ese reducto de paz en el que decidí habitar desde que comenzó el día, ese de la vida normal y el fluir tranquilo, empezó a estropearse. Nada termina del todo. Aunque me lo propuse. Procuré un salto a la tolerancia, a la paciencia. Pero parece que avanzo un paso y retrocedo dos. Ya no crece el torrente de incertidumbre que empezaba a atormentar, pero sigue ahí un halo de complejidad. Nada termina del todo, y parece que nada empieza del todo. Sombras que se mantienen en el escenario. Un primer piso frío, una silla cómoda para algunos minutos, despedidora para más de una hora.  Llevo más tiempo del imaginado oyendo hablar de traslad...

Una forma de permanecer, de estar

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Reconocer el derecho a equivocarnos alguna vez, pero avanzar, ha sido difícil pero no imposible, es un reto de valientes aceptar ser muy imperfecto con fallas y angustias, pero libre de ser. Entre que las cosas no salen cómo esperaba y que he creado personajes grises para un intento de relato, sin darme cuenta, creo que mi ánimo se acerca al subsuelo — el video de retroalimentación de mi último curso me ha permitido descubrir cosas que no iba buscando — . Al final somos un poco lo que pensamos y lo que hacemos, así que he decidido inclinarme por pensamientos bonitos y actividades alegres. Aun cuando no todo brille, es rico y liberador sentirse bien con uno y saber estar en paz. Llevo un tiempo soñando con vivir en el campo y últimamente se pasa por mi mente abrir un lugar para crear y otro para escribir algún libro durante las horas serenas. Recientemente imagino una casita de cristal para organizar alguna suerte de retiro o taller creativo.   Espero que lo de vivir en la ruralidad...

Setenta y ocho

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El sábado llegué con mi chiqui a una fiesta, me estacioné en un lugar con elevadores para autos. Una falla en mi ubicación espacial hizo que diera más reversa de la necesaria y me salí de la plataforma —carencia de razonamiento espacial, un pequeño defecto que asumo con resignación—. Pensé que sería cuestión de acelerar con ímpetu para salir, así que nos fuimos, sería un asunto para resolver después. Dejamos el auto y nos fuimos a la celebración. Conversamos, cenamos, bailamos, nos divertimos.  A medianoche regresamos a sacar el auto y todo se convirtió en pesadilla, bueno, algo así, no fue tan terrible, pero intentar sin éxito, esperar al seguro, aceptar que no llegaría el rescate, volver al hogar en taxi muy tarde, dormir poquísimo y madrugar a pedir auxilio... pues no fue tan ideal. Por suerte tengo a Pancho salvador que sin duda es MacGyver o mejor. Dañé el día del padre, mi regalo fue hacerlo venir del campo muy temprano a sacarme del problema. Una pared rota, el auto averiado...

Huir de la prisa

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En tránsito por calles donde todo se funde. Fueron geniales, pero todo tenía que terminar. Lo que fuera que existía se sostenía por sí mismo, pero eran espíritus libres, solo pulso y sentir. Otros han sido personajes deslumbrantes que intentan -sin éxito completo- resolver asuntos trascendentales. Algunos más siguen siendo asombrosos y se enfrentan a problemas cotidianos. Son los mismos, no han dejado de ser, tratan de dominar la intensidad de sus experiencias, de apropiarse de su poder. Los veo desde la ventana, son criaturas urbanas.  Las caminatas se han convertido en un espacio de reflexión muy útil para mí, lo vengo notando hace un tiempo. No siempre estoy imaginando, invento, pero también pienso, cualquier cosa, al azar.

Sentada en el sofá

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Una y otra vez dándole vueltas a asuntos varios, en desorden, inconexos… mientras me tomo un té. Un fascinante personaje de ficción protagonizando relatos misteriosos... es tanto y tan divertido todo lo que baila en mi cabeza mientras recorro la city, pero no permanece, y como decía Borges -creo que él fue quien lo dijo-, si la idea desaparece, no era tan importante, si vale la pena, volverá. No ha vuelto casi ninguna, ninguna de las que en su momento he considerado geniales, las olvido rápido, si, como los sueños, duran un instante… así que por ahí estamos. Me preocupo un tanto, poco, pero mis días cesantes son felices porque cada vez me conozco más y me reconozco en los que tengo cerca, los paso con mi familia y algunas veces con mis amigos, serenamente y en paz con lo que me rodea. El resto, para bien o para mal, son solo detalles. Quizá por ahora es así, mi circunstancia, mi suerte… pero a veces me desespera. Hace unos meses -varios- forma parte de mi un café chocolatoso, como un m...

Precipitada

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Me sentí valiente, pero resulté absurda. Es curioso, a veces encuentro palabras en las notas de mi teléfono, y es como que me dicen todo. Como si me esperaran para el momento justo. Creo que mejor anotaré otras palabras, otro tipo de adjetivos, más apropiados para la vida que espero, la que quiero. La vida… si faltan emociones, me las invento.   Me sorprende que haya sido tan impulsiva, sí, pocas veces he actuado de esta manera…tan confiada, tan segura. He querido descubrir mi esencia, pero espero no tener que sumergirme tan a fondo, no quiero gastar toda mi capacidad intelectual a la espera de algo que se torna cada vez más nebuloso, creo que necesito restablecer los servicios profesionales de manera adecuada lo antes posible. Por lo pronto, aunque ya estoy comenzando a pensar que lo mejor es definir otro rumbo, sigo en lo de ver la vida pasar. Un instante de contemplación y todo se mueve y todo fluye. 

Con eso y con todo

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No la entiende, o si, un poco. No sabe.  Sus palabras lo divierten, pero también le generan tensión, es polémica, a veces, y muy atractiva, casi siempre.  Algunas cosas que menciona le dejan la sensación de que hay algo trascendental y verdadero, otras son absolutamente frívolas, pero entretenidas.   Cree que es una mezcla extraña y fascinante, tiene un condimento genial que llena de gracia y ternura cualquier escena en la que aparece.   Llegó por azar a darle vuelta a todo y a distorsionar un poco los sentidos. Eso…  Pero -siempre hay uno- en este caso dos, quizá, cree que le resulta excitante arriesgar más de la cuenta y tal vez sea sólo por la sensación de la adrenalina.  Cree también que quizá siempre prefiere algo imprevisible, intrépido, tal vez imprudente.  Justo eso le asusta, así puede perder el rumbo, se le puede ir de las manos andar con tantas puertas abiertas.  Además -el otro pero-, encuentra que no enfrenta, no acepta o no...

Sin sobresaltos

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Avanzaba en el trayecto ensayando uno de mis discursos imaginarios, mentalmente claro, pero quizá, sólo quizá, conversé al aire por un rato, ja. Tenía audífonos, así que cuando me crucé con una mirada inquisidora, pareció que estaba al teléfono y todo tan normal. Englobada y pajareando, como dirían las profes del colegio, seguí sin mirar a nadie, solo iba en automático y seguía en mi discurso, así hasta que las palabras y las emociones se enfriaron. Dejé de imaginar futuros y me concentré en la ruta, a veces aterradora y brutal, otras placentera y sosegada. Los casi 21 km de esta mañana anduvieron lentos, pero a paso firme. La temperatura estuvo a mi favor, es más sencillo y entretenido avanzar sin tanto sol.  Sigo en aquello de acumular sabiduría para disfrutar de todo sin preocuparme de nada, para no estresarme hoy con cosas que mañana serán insignificantes, bueno, se trata tan solo de una pequeña expectativa razonable. Todo iba bien y así seguirá… mientras tanto, caminar y leer ...

Y así fue

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Anécdotas, historias, recuerdos. También episodios, fragmentos, trozos… cotidianidad hecha a pedazos, con varias vidas en una, cuando inventar, imaginar, o experimentar con poemas o microrelatos es decisión... Eso. Todos los días algo parecido. Exacto. Igual. Diferente, pero más o menos lo mismo. Siempre pasa algo. Pasan cosas y me gusta tener una manera de recordarlas, conservar algo de lo que ocurre, apreciar los regalos cotidianos y guardar detalles que podrían escaparse, ganar así perspectiva para no perderme en mi pequeñez… Veamos entonces qué fue del finde familiar. Empezamos viernes en la tarde con salchichas alemanas conversadas en un parador cualquiera, cerca de casa, contentos por esos cero kilómetros que están listos para comenzar la correría. Confieso que los embutidos no son mi plato favorito, ni preferido, ni me gustan mucho, pero como se trataba de compartir, les di la oportunidad. No repetiré, pero los demás sí, estuvimos bien, contentos y brindamos. El sábado nos fuimo...

De cabeza

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Esa sensación de que nada parece salir como toca se irá, ayer empezó y así continuará, la vida seguirá fluyendo en armonía y paz y el trabajo, pues, ya veremos. Mientras tanto, procuro, con relativo éxito, volver a las andadas, no se me da mal, pero me canso. Si por mi fuera, me quedaba en eso de recorrer el pueblo, la ciudad, el mundo y tan a gusto, pero ya no lo digo más porque aun cuando eso quiero, lo quiero en condiciones… o sea, tengo que laborar. Superaremos los vericuetos complicados, eso seguro. Quizá aventurarse, ir más allá, cambiar oficina y escritorio por campo y cultivo, intentarlo. No sé. Todo menos agobiarse.  Me apresuré tal vez, tomé decisiones a la ligera, no fui muy lista. Pero, inquietudes, dudas y angustia de por medio, he aprendido, y mirándolo por ese lado, no todo es tan malo, lo que busco quizá está llegando como si hubiese sido empujado lentamente. Estoy vieja para que me pasen estas cosas —las decisiones impulsivas—, pero supongo que para aprender nunca ...

Urbano y apacible

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La brisa helada de la mañana me despeinó ligeramente, aunque muy peinada no estaba. Me gusta caminar y sorprenderme con ese aire silencioso que saluda y, con frecuencia, parte pronto. Me gusta ver al fondo el verde en las montañas. De vez en cuando una flor llama mi atención, bueno, casi siempre, pero solo a veces me detengo, examino color y me maravillo cuando huelen bien. Me gusta caminar. La ruta tempranera es la más entretenida, conversamos, nos divertimos, ponemos turbo, adelantamos transeúntes lentos, hacemos planes. Se disipan las preocupaciones... El regreso a casa es prolífico en ideas, sonrisas cuando recuerdo algo divertido, sombras cuando acude algún miedo a mi cabeza, es como un trayecto en otra realidad y a veces mi imaginación vuela, vuela alto; dependiendo de la luz, de la noche que haya tenido, puede ser una realidad muy brillante, todo es posible mientras avanzo. Me gusta imaginar. Después aterrizo de nuevo en el mundo adulto, en los trámites, los asuntos pendientes q...

Entretanto

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Aprendiendo todavía a surfear cambios, frustraciones, sinsabores... la vida misma que la mayoría del tiempo, va por donde quiere. Y está bien. No por ello se me da siempre fácil, lo tengo que buscar como fuera de mí, por eso salgo a caminar, a disfrutar el color de las flores, a pensar durante el ascenso al cerro. Mientras tanto intento ser consciente... mis certezas, como las de muchos, son siempre pasajeras. Regreso contenta, con muchas ideas y posibilidades, ilusiones que parecieran fáciles de materializar, pero que tal vez no lo son tanto. En fin, será como ha sido... Un día a la vez, los días y las cosas de mi vida, el pan nuestro de cada día. Y así.

Pasajero

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Víctimas de un impulso del que lo desconocían todo, se embarcaron en una aventura que alimentara su inspiración para calmar un deseo. Con algo de temeridad y torpeza intentaban, inconscientemente, llenar un vacío con la experiencia de un amor atrevido. El miedo y la incertidumbre los consumían. Cada uno concentrado en su viaje por un imaginario que transcurría distraído. Cada uno percibiendo esa sensación de estar cerca de algo que atrae por riesgoso. Cada uno aguardando la emoción importante y definitiva. Ella sintiéndose excelsa y única, él asumiéndose por siempre joven. Sumergidos en su propia visión, su propia expectativa, como si lo que estuviese pasando a su alrededor en realidad no pasara. Se encontraron. Se acercaron, avanzaban atropellados sin aire, sin espacio para la calma. El terror invadió como un torrente, un instante que no iba a terminar nunca. Cada vez se ponía peor. Pero se tocaron, se abrazaron y bailaron como si la vida fuera eso, un soplo.

Fragmentos en desorden

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Es lo que es Era lunes por la tarde y la ciudad estaba ardiendo. Calor, gente, ruido. Él sentado en un parque buscaba una razón, perseguía la posibilidad de estar más tiempo junto a ella. Compartir un rato más, volver atrás, a esos años de encuentros fugaces que se hacían eternos. Rodearla con sus brazos, aprender algo nuevo, estar pendiente de su mirada, acompañar el ritmo de su respiración. Caer en ese movimiento de creación sutil. Estar para entender su voz, dejarla crecer, volver a su mejor versión, y permanecer en ese vaivén de pasión y delirio. Ella solo iba en búsqueda de una cafetería para una pausa en medio del caos del entorno. Lo vio. Su cuerpo se puso a temblar. Él esperaba un buen día, ella perdió el control. Sus miradas coincidieron. Pero no era en ella en quien él pensaba. Fuimos De pronto pienso en el mundo y nosotros, en nuestros cuerpos, y de cuando en cuando, en la distancia de nuestros tiempos. No muy a menudo, pero alguna vez, en la adrenalina que nos azota,...

Flotante y elástica

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Una semana intensiva en sol, un soplo de calma. A veces, como sobre arena movediza, como estar frente a espejismos. Fue un visto y no visto, como una brisa suave y cálida. Días de descubrir la potencialidad de ideas diversas, intenciones existentes o inexistentes, apenas intuidas. Prosa, poesía, frases, imágenes, pasos. Podría parecer que no ocurrió nada. Sin embargo, la alegría de las pequeñas maravillas, el gozo de deliciosos manjares caribeños, la risa en medio de las olas y las conversaciones repletas de nuestras palabras inventadas, absurdas, pero llenas de sentido, aparentemente inconexas, pero cargadas de significado y entonces sí, claro que ocurrió algo más allá de la cotidianidad playera. Volver a la city, aterrizar luego en una noche de fiesta, de viva la vida, de ganas de bailar, de vino y celebración cumpleañera con caras del ayer. Madrugar después al campo, al verde de nuestros cerros. Recorrer el pueblo, ir a lo largo de calles y carreras y cruzando el parque. Llegar a ...

Percibir con claridad

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En el último baño de la semana playera, sumergidos en el mar calmado de la mañana, mirando hacia atrás mientras el tiempo avanza con voces que susurran se acabó. Aun así. Amé una vez más los desayunos de hotel con su fruta cortada en trozos del tamaño ideal, los huevos preparados con maestría y los varios muchos exagerados antojos de plátano que probé. Todo aquello que alguna vez sucedió y que, recordándolo es como que volviera a suceder. Una semana de sonreír a la gente, parecer simpática, estar contenta. Una única botella de vino blanco helado, disfrutada con un risotto de frutos del mar absolutamente delicioso.  Muchos y variados helados calóricos también. Partimos ligeramente dorados, quizá no tan ligeramente, algo impactados por el cariño de los insectos para quienes resultamos irresistibles, con gramos extra, menos musculosos y con algunas arrugas nuevas de tanto mirar la vida de frente con el sol de cerca. Todo se acaba, pero volverá a su sitio y estará bien.