Aires del mes que se fue
Junio se me hizo laaargo, pero se fue en un suspiro. Empecé el mes escapando de las olas, siguieron días de silencio y montañas con la brisa corriendo libre. También días de dudas y confusión. De celebraciones, paseos, ascensos y encuentros. Me reí y me entristecí. Acompañé adioses definitivos. Intenté que mi mente descansara, pero todavía me pregunto si resultó. Tuve una y varias caminatas interminables, también una y más conexiones absurdas en mi cabeza. Cada día sucedió algo diferente, el verde sigue vivo y se transforma más rápido que yo. Puse a prueba mi paciencia. Casi no pasa la prueba. No todo lo planeado salió como esperaba, casi me rindo, pero los asuntos pendientes mejoraron repentinamente. No hay nada de malo en eso, las cosas vienen así, como ellas quieren. En el fondo nunca creo que acabe sucediendo lo peor, y, por el contrario, creo en la fuerza del deseo. Soy pragmática. Al final parece que soy muy optimista también, así que esperaré de nuevo el sol, como siempre. Quiero mantener la confianza para afrontar el futuro con un poquito de tranquilidad, no quiero perderla. En fin. Así fue….
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