Todo es mucho más simple

 Pienso, al calor del café con el que me siento en la terraza, en que soy una afortunada de la vida y quiero permanecer así. Aún no lo entiendo del todo. Sin embargo, pienso también que no puedo abusar de mi buena suerte. Reconozco que me desconozco y no dejo de sorprenderme. Lo que sé de mí parece no ser del todo cierto siempre.

Pienso además en lograr un estado de equilibrio y armonía, no es fácil mantenerlo todo el tiempo, parece que se llega a él y se desajusta un poco. Aunque, bueno, al menos siento que lo he conseguido en varias oportunidades así que supongo que podré volver a él, como a mi peso ideal... si, ya sé, eso puede costarme más.

De profundas y existenciales cuestiones paso a frivolidades varias, y no, no es a ese equilibrio al que me refería, pero bueno, mi mente va de un lado a otro siempre y quizá es mejor no quedarse dándole vueltas a lo mismo, creo incluso que, a veces, es un triunfo absoluto... Me desconcentro, me voy por las ramas, no importa. Pasa con frecuencia. Pasa más cuando estoy leyendo en el compu o en el teléfono. Empiezo por una cosa, algo me hace buscar otra, y de ahí a regresar al punto de partida pueden pasar horas, días incluso. Miles de ventanas abiertas que después de un tiempo se cierran sin recordar siquiera cómo llegué a ellas.

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―