Laboral
Puedo dividir mi vida en temporadas de una serie con
los trabajos que he tenido. He pasado de capítulos ágiles, de escenas que van
volando a otras a las que cuesta cogerles el ritmo porque parece que no
avanzan. Entre trabajo y trabajo cambia la trama, los protagonistas, los
personajes secundarios, los escenarios. Cambia todo. Yo estoy ya en la
temporada seis y a veces ni me entero… el guion de esta serie se alarga.
La primera, la entrada en escena, pasó muy rápido,
casi cinco años de allá para acá, cada capítulo un aprendizaje nuevo, fue
temporada con moraleja. La segunda fue breve, se hizo corta, pero intensa,
desafiante y con un elenco estupendo. La tercera no superó el debut, algunos
episodios entretenidos, pero realmente pasó sin pena ni gloria. En la cuarta
casi me quedo a vivir, monólogos, coreografías, comedia, tragedia y sátira,
creo que no faltó nada. La quinta… trama unificada con un reparto sin
comparación, cada personaje aportó al clímax de la historia, dos o tres
capítulos más habrían hecho una temporada redonda, pero se acabó el contenido,
conocíamos el desenlace y llegó. La sexta está en curso y hay cambio de uno de
los protagonistas, un giro en la trama, llega otro impulsor a darle fuerza a la
historia y a mí me gustan los comienzos, disfruto cuando todo empieza. Incluso
lo que vuelve a empezar.