De curiosidad y emoción

Un alegre cumpleaños. Con una tarde sabanera de más lluvia incesante que de sol brillante, festejamos los cincuenta de una bonita existencia.

Eres de la antigüedad sister, del siglo pasado, de cuando no había internet ni celulares. De la prehistoria misma, como dirían por ahí. Desde allí, desde ese tiempo lejano, mi vida y la de todos los que te queremos un montón ha sido más bonita…. Tu saber estar en el mundo, con sus cosas buenas y las menos buenas, ha hecho que nuestros días sean más amables y por eso teníamos que festejarlo.

Un encuentro sorpresa, feliz y divertido, en el que calmamos tu curiosidad, más incesante que la lluvia,  fue el plan perfecto para celebrar el amor y la vida, esa en la que has estado más de 18.250 días, aquellos que han pasado en un abrir y cerrar de ojos, en un pestañeo que no pero que en realidad sí.

Brindis y sonrisas compartidas con familia y amigos han quedado para la posteridad como recuerdo perenne de la celebración de las cinco décadas que has estado en este mundo. Un sábado lleno de emoción y sensibilidad, de abrazos apretados, agradecimiento y buenos deseos. También de aguardiente, baile, canciones, risas y recuerdos. 

Sister querida, al margen de las dificultades por mantener la fiesta en secreto, sorprenderte fue el epítome de la ilusión, y que comiences los cincuenta con las dalias de nuestro jardín florecidas es un buen augurio para lo que viene. Que sean muchísimos más, muy saludables y en buena compañía... la nuestra, por supuesto.











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