Un cumple mayor

Pese a que la generosidad de las lluvias de abril permite que reverdezcan los pastos sabaneros, el sábado pasado agradecimos el buen tiempo que nos acompañó: necesitábamos sol para celebrar los poco más de setenta que alcanzó mi madre. 
Tuvimos suerte, los astros estuvieron de nuestro lado, se alinearon y nos dejaron disfrutar una bonita y tibia tarde de fiesta.  Fiesta que, por cierto, tuvo de todo, un poco de esto y otro tanto de aquello, lo de siempre más las innovaciones de los peques: subastas de arte, concierto de violín, pequeñas muestras de una voz prometedora y el primer momento grabado por un par de videografos que, al parecer, serán un equipo fantástico (Por Daniel: Jefrey y el tipo metiche de la calle 7 con avenida sur - empresas semáforo.).
Llegó la noche y terminó la celebración, pero guardáremos con cariño lo que nos dejó, lo bonito de la vida: el amor por la familia, la fortuna de los buenos amigos, la gratitud, las risas y los momentos mágicos que compartimos.




 

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Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―