En estado puro

Frivolidades, profundidades, lo divino y lo humano, lo de siempre no más, con su toque, por supuesto, el de la complicidad de muchos años juntas en aquellos días lejanos en los que la curiosidad lo era todo. 

Un grupo que un día, hace algo más de treinta años, se deshizo, pero aunque solo a veces hay reencuentros, algunos más concurridos que otros, y a pesar de que algunas parecen ser personas diferentes a las que recuerdo, aunque algunas llevan vidas de película y otras de novela, aun así, compartir ratos como el de anoche alegra el espíritu y engrandece la forma de ver el mundo. Les tengo un cariño inmenso, sin duda. El entusiasmo, los brindis y los recuerdos energizan un montón, y volvernos a ver y reír a carcajadas es un bálsamo que nutre el alma.







 

Sucesos populares

Colectivo familiar

Sin rumbo fijo

―denota negación―