Martes reflexivo

Un día en que no hay ganas de nada, pero hay que hacer de todo. Un corre corre desde muy temprano, oyendo gente que habla de cualquier cosa sin decir nada y sin parar. Lo que me pregunto -y respondo- comenzando semana después de festivo medio lluvioso, mientras espero que comience la reunión:

·       ¿Será la última? Quizá no.

·       ¿Por qué estoy acá? Por el compromiso, por la responsabilidad y la disciplina. Suficiente.

·       ¿Qué me gustaría? En el fondo quiero solamente estar dormida, dejar de pensar por largo rato, convertirme en un ser onírico en movimiento.

Oculto en mi silencio mis dudas. Total, queda la semana por delante, es corta sí, y nada nunca es tan grave como parece. Y si, será una nueva semana con buena onda, le pondré actitud y buena cara a lo que venga. Total, soy feliz con poco, me parece que la vida es estupenda y me maravilla ver que los campos reverdecen.


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